Capítulo 5.1: Bruna Burboise, "La Siempre Viva" (Parte 1)
Tengo una amiga que es dueña de todas las tiendas de ropa de Izazaga, judía claro, y preside de manera cabal y hasta vivencial una fundación con la que he dedicido colaborar: “Fundación Porque Tú Tienes Que Parar” y está dedicada a ayudar a todo individuo que verdaderamente tenga que parar en la vida.
El punto con todo esto, es que un día estábamos Miss Jinx y yo desayunando con Madame La Rue en casa, cuando de repente Pachette (se llama Pachita, pero como odio los nombres ordinarios, lo glamouricé), mi muchacha, me tiró encima el bagel de salmón ensuciando mi bata de seda.
“Pachette!!!!! ¡Fijate tonta! ¿Qué no ves que esto vale más que tu salario de un mes? Si se arruiná tendrás que trabajar horas extras para pagarlo”, dije furiosa.
“Ay patroncita, dispenseme pero es que traigo la cabeza en otro lado”.
“Pues qué te pasa Pachette, tienes algún problema?”, preguntó Miss Jinx preocupada.
“Jinx, por favor, con la servidumbre no hay que ser muy blandos porque después terminan pasándose de confianzudos, o ya se te olvidó la otra muchacha que tuvimos que correr porque se robaba tus tangas?”, dije susurrando a Miss Jinx.
“Pos es que hace poco me contaron que andan asaltando las casas de por aquí y como ustedes nunca están, me da miedo que un día entren a robar y yo esté aquí sola”, contestó Pachette aflijida.
“Mira Pachette, si ese es el problema, tú dedicate a hacer tus pastelitos para las monjitas de la Iglesia y a mí me dejas investigar quién es este personaje para poderlo poner en su lugar”, dije despreocupada. “Es hora de que regrese a mi comunidad un poco, al menos que sirva de algo que tengan a una heroína en la colonia, ¿no?”.
“Bruna, o seaaaa te recuerdo que tienes que salir a Estambul en dos días ehhhhh, la misión que te fue en comendada es muy importante”, replicó Madame La Rue.
“Pues Estambul tendrá que esperar o si no llámales y dales el número de Flan Q, no es tan buena la gata esa, pero de algo les servirá, además en Estambul no hay nada que me interese. Mi próxima misión será muy local, muy mexicana, muy “mi barrio”, de repente hay que darse baños de pueblo ¿entiendes?”
“¿Bruna pero por dónde vamos a empezar?” preguntó Miss Jinx.
“Muy fácil Jinx, por donde uno se entera de tooodos los chismes de una colonia…vamos a ir al mercado.”
Como sabíamos que iríamos a un lugar en donde nuestra presencia causaría impacto, decidimos disfrazarnos para no generar mucho tumulto. Yo únicamente me puse unos pants de ejercicio, una gorra y unos lentes. Pero Jinx que siempre es muy “ingeniosa” y ama disfrazarse de todo salió con el mejor ensemble que le he visto en mucho tiempo: delantal, tubos en la cabeza, sweater puesto solo por encima de los hombros, falda de polyester con estampado floral, blusa blanca y brassiere negro y por supuesto, chanclita con calcetín. Y no solo eso, también añadió accesorios: monedero de piel para ponerse debajo de la axila y bolsa de mercado de colores.
“Jinx, tú te vas a ir con la Tete a su fundación…¡tienes que parar!”, dije riéndome.
“¡Dejame! Creo fielmente en que cuando uno va undercover, realmente debe de ir undercover”.
Salimos hacia el mercado acompañadas de Pachette para no perdernos y al llegar no pude ocultar mi sorpresa al ver tanta vida y algarabía en el lugar. Gente iba y venía, los dueños de los puestos gritaban para vender y en todos nos llamaban “marchantas”, what is that even supposed to mean? ¡Yo no marcho, camino coqueta y natural!
“Jinx, ¿has logrado ver algo que llame la atención?”, pregunté discreta.
“De hecho estoy tratando de ver qué pasa en ese pasillo de allá pues hay varios personajes un poco sospechosos”, contestó.
“¡Patroncita! Ahí está la Chicharrón, que es quien controla este lugar. Dicen que cada puesto tiene que darle dinero para poder seguir aquí. Todos saben que es la mera, mera del mercado y las que están con ella les dicen las Fritangas y son quienes le ayudan. Una amiga de la casa de al lado me contó que ellos son quienes están asaltando las casas, al parecer no les gusta que haya casas de ricos en una zona donde hasta ahora solo habían ciudades perdidas y luego me contaron…”
“Pachette…¿te callas ya? Mmmm así que resentidos sociales, creo que tenemos a nuestras principales sospechosas”, afirmé en voz baja. “Vamos a hablar con ellas y tratar de hacer que mi casa sea la próxima que roben”, dije a Jinx y la muchacha. “Pachette necesito que llegues a pedir cosas para llevar. Miss Jinx tu finge ser otra compradora y escucha todo, de lo demás me encargo yo.”
Al llegar a donde estaba la Chicharrón, ella y las Fritangas nos vieron de arriba abajo con indiferencia.
“Buenos días, señora. Me puede dar un kilo de pulpa de cerdo, 4 chuletas ahumadas y 300 g de tocino, por favor”, pidió Pachette.
“Pachette, te dije que ya no quería comida con tanta grasa, además al señor le hace daño el tocino. No se en qué momento dejé que me convencieras de venir a este lugar inmundo cuando del Superama me llevan todo a la casa y está limpio”, dije con tono despectivo con el fin de provocarlas.
“Aquí todo está limpio, se-ñi-to”, contestó molesta la Chicharrón. “Además, aquí las muchachas le pueden llevar todo a su casa si quiere. Todo lo que ordene del mercado de hecho. A ver, Sope, Tlacoyo y Chalupa, váyanse con la doñita para que le ayuden a cargar todo a la muchachita.”
“¡Ay qué buen servicio! Pachette cuando tengamos que hacer comida para la servidumbre, por favor compra todo aquí, es más barato y seguramente ni cuenta se van a dar. Nos vemos en la casa porque Jinx y yo no caminaremos, ahí que las muchachas te ayuden. Ciao!”
Me encontré con Miss Jinx ya en la calle. Salimos del mercado oliendo a comida con millones de litros de aceite, subimos a la camioneta y regresamos a casa a esperar a Pachette y a las ayudantes de La Chicharrón.
“¿Víste la cara con la que te vio la gorda esa? Te ha de haber odiado”, dijo Miss Jinx.
“Esa era la idea, dummy. El punto es que envió a sus ayudantes para que vieran la casa y vieran qué podían sacar de ahí para después robarla”.
Poco después llegó Pachette con Sope, Tlacoyo, Chalupa y además Pambazo y Paste (supongo que era de Pachuca) con todas las compras. Ahora entendía por qué les llamaban Las Fritangas, cada una era apodada con el nombre de la garnacha que vendía en el mercado…pretty clever…NOOOT.
De inmediato bajé y noté cómo miraban la casa de techo a piso como estudiando las entradas, la barda con seguridad, lo que había dentro, todo.
“¿Quiéren un vasito con agua, chulas? Han de venir cansadas”, dije para darles más tiempo de convencerse de que mi casa era la mejor para ser robada. “Tómensela con calma.”
Dos días por después, cuando ya estábamos listas para dormir, comenzamos a escuchar ruido en la barda trasera. Eran la Gorda Chicharrón y las Fritangas.
“Bueno Jinx, creo que estas analfabetas mordieron el anzuelo. ¿Estas lista?”, dije segura.
“Lista para enseñarles que su resentimiento social no las va a llevar a ningún lado. Al final no es nuestra culpa que la ciudad haya crecido tanto y existan tantas colonias de gente como nosotros junto a cinturones de miseria como el de ellas”, dijo Miss Jinx con elocuencia.
A veces me sorprende lo claridosa que puede ser Miss Jinx…
En fin, esperábamos a entraran a la casa sentadas en la sala tomando té con la luz apagada. Y cuando lo hicieron, dejamos que comenzaran a sacar algunas cosas, para hacerlas trabajar y luego impedirles que se llevaran siquiera un pelo de mis alfombras.
Cuando estaban por terminar, Miss Jinx prendió la luz y me presenté.
“Buenas noches, señoras”, grité cuando Miss Jinx prendió la luz. “Es muy probable que ustedes no me conozcan, porque claramente no pertenecemos al mismo ambiente, pero yo soy Bruna Burboise, ella es mi fiel compañera Miss Jinx y esas son mis cosas, así que las dejan en el piso y se entregan de manera voluntaria antes de que les demos una lección que las dejaría con unos cuántos huesos rotos.”
Confiaba en que con eso las ordinarias soltaran todo y se entregaran, pero no fue así…
“Vaya, así que la señora pipiris nice de hoy era solo una broma…pues te tengo una noticia Bruna, no vamos a irnos con las manos vacías porque esto de aquí y prácticamente todo lo que hay en esta colonia, nos pertenece por derecho. Así que mejor haste a un lado si no quieres sufrir las consecuencias…”, contestó retadora la Gorda Chicharrón.
“No me amenaces, gorda que no sabes con quién te metes”, respondí. “No entiendo por qué la gente como tú no entiende a veces que si són gordos, tienen que ser agradables y encantadores o no tendrán posibilidad algúna en este mundo… ¡Vamos Miss Jinx!”
Nos dirijimos hacia ellas y de pronto sacaron de sus bolsas del mercado cadenas, palos, cuchillos y…¿¿¿¿chorizo y tostadas???? Y como si no fuera lo suficientemente shockeante, comenzaron a hacer una línea de producción y cuando las tostadas estaban listas las aventaban hacia nosotras.
“Jinx! ¿¿¡¡Qué me he perdido!!?? ¿¿¿¿Nos están atacando con tostadas???? ¿¿¿For real???”, grité sorprendida.
“¡Pues parece que sí, pero cuidado Bruna, no dejes que te toquen pues al parecer la salsa verde está hecha de ácido!”
“¡¡¡Oh por Dios y yo en Chanel!! ¡Si lo estropean las mataré de verdad!”
Logramos esquivar unas cuantas tostadas, y al terminarse, se esparcieron por el lugar para rodearnos y cada una comenzó a sacar su garnacha de identificación para también atacarnos con ellas. Un sope me cayó en la cabeza y me deshizo las extensiones, pero además aventaban pambazos, pastes, chalupas y tlacoyos todos podridos y con una sustancia super tóxica que después nos enteramos al analziarla que era excremento de BB.
“Jinx!!!!!!!Quítame esta porquería de la cabeza!!!!!”, grite horrorizada. “Mis extensiones son carísimas gataaaaaa, no como ese pelo de polyester que traes encimaaa que seguro te cosieron a la cabeza!!!! Tú también tienes que parar!!!”
Miss Jinx como siempre cayó dormida y ni el sope mi pudo quitar. Trataba de hacerlo yo sola sin también dañar mi manicure y la Gorda Chicharrón me tomó por la espalda con una tira de chorizo con la que intentaba ahorcarme. Casi lo logra si no hubiera sido porque en la desesperación comencé a morder el chorizo para romperlo…¡con el asco y las agruras que me da!
“¡Estúpida gorda! Ni el chorizo que hiciste con tu madre muerta me vas a detener para darte una lección! ¡Con la comida no se juega!, dije con trabajo pues aun tenía cachos de chorizo en la boca que escupía con asco.
Apliqué mi boob kick technique y al momento de aventarla rodó contra la pared. Las demás se habían ido, y mientras terminaba de reponerme la Gorda Chicharrón también salió corriendo pero no eran tan listas. Dejaron una pista…
“PROXIMO SABADO GRAN KERMESSE DE CORONACIÓN DE LA REINA DEL MERCADO DE XOCHIMILCO: ROSINA RUBIO. INVITADA ESPECIAL: NIURKA MARCOS. VEN CON TU FAMILIA HABRÁN SORPRESAS, DIVERSIÓN Y ALGO MAS"
"Por qué a la gente naca le da por poner el "y algo más"?? Ogh...", pensé.
Cuando Miss Jinx recuperó el sentido le conté lo que había sucedido y le enseñé el volante del concurso…
“Miss Jinx este sábado iremos a Xochimilco y una de las dos le quitará la corona a esa gorda para que sepa quién manda aquí, lo que me hicieron esas peladas no se los perdonaré jamás”, dije resentida y enojada.
NEXT ON BRUNA BURBOISE
“Ahora sí perrita popofona, te voy a matar para hacerte trompo de tacos al pastor. Mi puesto va a estar repleto”, amenazó la Gorda Chicharrón.
“Primero te hago yo carnitas, pendeja!”, contesté mientras me acercaba para nuestro encuentro.
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