Bruna Burboise®: Crónicas de una Perra Bipolar®

Yo soy Bruna Burboise: De día, una dulce perrita de casa. De noche, letal espía y asesina a sueldo.

viernes, mayo 16, 2008

Capítulo 4.3: El Temible Sr. Morsa y la Legión de Fashion Zombies (parte 2)

Estaba tan emocionada por ver mi vestido después de la sesión de regresión con Corgani que no podía casi ni estarme quieta en un solo lugar.

Sabía que quedaría espectacular pues yo había sido parte de la realeza francesa en tiempos de María Antonieta. Mol me enseñó el bosquejo del mismo y quedé complacidísima.

“Miss Jinx, ¿en algún momento dudaste que yo fuera parte de la realeza en mi vida pasada? ¡Yo nunca! Toda mi elegancia y glamour nunca hubiera sido posible si hubiera sido una simple campesina…”, dije con soberbia.

“Ay si Bruna qué emocionante…más motivos para tener el ego a tope…”, contestó Miss Jinx ácidamente.

“Envidiosa”

“Drogadicta”

Madame La Rue interrumpió nuestra pequeña pelea diaria para trabajar en el plan. Había conseguido que yo modelara el vestido en la pasarela de esa noche, por supuesto como la estelar, pues sabía que solo así aceptaría hacerlo. Yo tendría llamado para maquillaje y peinado mucho antes así que tendríamos tiempo de inspeccionar el lugar y sobre todo observar con mucho detalle todos los movimientos de E.Morsa.

En ese momento recibí una llamada justo de él y con una familiaridad obscena me citó a las 6 pm para el ensayo y arreglo.

A partir de ahí el teléfono no paró de sonar. Si no era E. Morsa invitándome a 35 eventos más o era otro de esos PRs que dicen que son PRs nada más porque conocen gente y la pueden convocar a eventos de quinta categoría.

Por fin llegó el día de la gala y me presenté puntualmente tal y como me lo solicitaron. Fui recibida por el bendito E.Morsa y por fin lo conocí en persona.

“Bruna, qué gusto verte, bienvenida y gracias por participar”, dijo ceremonioso.

“Cariño de mi vida, por fin nos vemos las caras. Ven, acércate un poco, necesito decirte algo.” Lo tomé de una oreja y le dije: “No somos amigos, no te conozco, ni quiero. Te voy a pedir que dejes de acosarme con tus invitaciones. No me interesan tus eventos ni tus marcas, ¿está claro?”

“Srita. Burboise me está lastimando…”

“¡Ay tan grandote y tan chillón!”, grité. “Bueno ahora dime qué tengo que hacer”.

Miss Jinx únicamente pudo darle una mirada de pena por lo que acababa de hacerle y le dijo: “Y tú no vives y trabajas con ella…”

Con la cola entre las patas y viéndome feo, me llevó a la carpa de modelos. La verdad prefiero que me vean feo y que les caiga mal. En ese instante fui recibido por otro pain in the ass, una diva de esas que coordinan moda y juran que son exquisitas e inalcanzables, se llamaba William pero le gustaba que le dijeran La Alacrana…por algo sería.

“A ver mamacita qué haces parada aquí, tu llamado era hace dos minutos y me estás retrasando, vete a instalar y necesito que te pongas el vestido para hacer un ensayo en la pasarela”.

Al verme viéndolo de arriba abajo y con cara de disgusto, se atrevió a contestarme:

“¿Qué no entendiste? Eres igual de lenta que estas subnormales. Nada más por ser bonitas creen que ya tienen todo ganado, pero hay que trabajar mi reina, si no no sirve de nada. ¡Andale que ya no hay tiempo!”

“La próxima vez que me hables así te voy a dejar sin cuerdas vocales por majadero”, contesté desairada.

“Sí, sí, andale pues, pero movidita que no tengo tiempo”.

Cuando vi el vestido de Corgani quedé impactada ¡Era perfecto! Corrí a admirarlo y poco después ya estaba probándomelo. Se me veia espectacular, me dejó sin palabras.

Así que corrí a la pasarela sobre todo para medir espacios, tiempos, y me esperaba La Alacrana taconeando frenéticamente en el piso haciendo sonar toooodas las pulseras que tenía en la muñeca y con una mirada fulminate.

“Como siempre retrasándome, a ver ponte ahí mi reina y comienza a caminar, tu cue de salida es…cuando yo te diga.”

“Si como sea, si eso te deja tranquilo y te hace sentir poderoso…”, contesté indiferente.

Las pruebas fueron todo un éxito, La Alacrana estaba impactada por mi modo de dominar la pasarela y se suavizó un poco, al grado que terminó literalmente sirviendome el café y atendiendo todas y cada una de mis demandas para que yo estuviera cómoda.

Miss Jinx mientras tanto estaba revisando las instalaciones del lugar y tratando de ver si había algo extraño y lo primero que notó es que las modelos tenían algo raro.

“Bruna, todo se ve en órden, pero las modelos se ven muy extrañas”, me dijo susurrando.

“Si Jinx, se llama anorexia”.

“No Bruna, fijate qué es lo que pasa cuando se ponen los vestidos. La cara les cambia, la mirada se ve perdida”.

En ese momento La Alacrana me dio la indicación de prepararme pues estaba por comenzar el desfile.

“Lo siento perrita, pero me tengo que llevar a mi modelo estrella, ve a ver dónde te acomodas o algo, pero no estorbes”, dijo La Alacrana a Miss Jinx.

“Jódete, puñal”, contestó enojada Miss Jinx.

“¡Jinx! Por favor has lo que te dicen amiguita. Acuerdate que hay que estar muy alerta”

Me dieron el vestido y noté algo extraño, la tela no parecía ser la misma del que me había probado antes, pero con las prisas ya no pude detenerme a inspeccionarlo, así que me lo puse y comencé a sentirme mal. De entrada el vestido era como de plástico, parecía un sauna. Hacía sudar muchísimo por el calor que había backstage.

Todas las modelos lucían perdidas y estaban en silencio sin siquiera mover un solo pelo. La Alacrana y los diseñadores tenían todo controlado. ¡Nos habían convertido en fashion zombies!

Quise salir del vestido pero no podía, lo tenía adherido a la piel como si fuera plástico caliente. Mis sentidos comensaban a turbarse, mi visión se nublaba y todo se escuchaba lejos…

Apareció E.Morsa y con tono prepotente dijo, “Señorita Burboise tome. Usted va a disparar esté rifle cuando esté en la pasarela, nosotros haremos lo demás”.

“¿Bueno y a qué hora comienza esto? Tengo que seguir muy de cerca de E.Morsa, esa es mi misión. Bruna debe de estar por salir a modelar y ella verá desde la pasarela si hay algo sospechoso”.

El desfile comenzó y las modelos comenzaron a salir.

“Esto es demasiado extraño, estas modelos parecen zombies. Algo está pasando. ¿Estará Bruna bien?”

Bruna salió a la pasarela con el rifle escondido debajo de la enorme cauda de su vestido, y mientras iba caminando hacia el final de la misma lo sacó y apuntó contra el techo de la carpa. Comenzó a disparar y todo mundo empezó a correr.

Las fashion zombies salieron del backstage y comenzaron a acorralar a los invitados con sus armas y a quitarles los celulares y aparatos de comunicación. Todas estaban entrenadas para hacer obedecer o matar.

Después salieron E.Morsa con Corgani y La Alacrana detrás.

“Bien, creo que tenemos todo controlado. Tenemos que tenerlos como rehenes por un rato, nadie se percatará de que están secuestrados, pues todos están en una “fiesta””, dijo E. Morsa.

“Tengo que hacer algo, tengo que lograr que Bruna despierte, ¿pero qué será lo que causa que esté controlada?”, pensé.

Y en ese momento me di cuenta de que los vestidos no eran los originales y que habían sido sustituídos por unos de plástico con un aparato en la parte baja que emitía shocks eléctricos y de esa manera era controlado quien lo vestía.

Como pude me fui arrastrando hasta la pasarela que era donde Bruna estaba parada con su rifle apuntando hacia enfrente. Saqué una cerbatana y disparé un dardo justo en el centro del dispositivo, que al romperse le devolvió la vida a Bruna.

Mientras eso sucedía brinqué para arrebatarle el rifle y tomar a La Alacrana como rehen.

“Y tú que me habáis mandado a donde no estorbara. ¿Estoy en el lugar correcto?”, dije vengativa. “¡Bruna reacciona! Toma esto y ayudame”.

“Vaya Mis Jinx pero qué es esto, ¿por fin sabemos quiénes son los causantes?”, dije sorprendida. “Cariñitos de mi alma, esto no debieron de haberlo hecho, la van a pasar muy mal. Jinx no sueltes a este y quítale el aparato que va a apagar todos los dispositivos de las zombies”.

En cuanto lo apagó, las modelos recobraron el color pero siguieron con cara de zombies.

“¿Qué pasa Bruna? ¿No funcionó?”

“Jinx son modelos no premios Nobel de la Paz.”

Madame La Rue ya había recibido la señal de Miss Jinx y había enviado al escudrón, que entró al recinto con lujo de violencia a apresar a las modelos para que rindieran declaración y llevarse a La Alacrana y a los diseñadores presos. De E.Morsa me encargaría yo. ¿Por cierto dónde quedó?

Lo ví queriendo salir de la carpa y corrí por toda la pasarela para alcanzarlo, brinqué y volé por los cielos con todo y el vestidazo. Caí justo frente de él para detenerlo.

“No, no, no, cariñito, ¿a dónde crees que vas? ¿De verdad creíste que te saldrías con al tuya? Pero si no eres ni mínimamente inteligente, eso se nota a kilómetros de distancia, más bien es que crees en tu mente que todo te saldrá bien porque tienes suerte, pero no, en este caso no.”

“Quítate perra de mierda o te mato”, dijo amenzanate.

“¿Y además te atreves a amenazarme?, contesté burlona. Lo tomé de los cojones y le dije: “Oyeme bien escoria, la gente como tú nunca sale del hoyo en el que está porque no lo merecen. Así que es la última vez que me amenazas porque si lo haces de nuevo me veré obligada a enterrarte yo misma y de cabeza para que si te quieres salir, te hundas más. ¿Está claro?”

Obviamente para cuando terminé mi letanía el pobre estaba morado del dolor y solo pudo contestar un mínimo y chillón “sí”. Pero parecía no haber entendido, pues cuando lo solté se le ocurrió pegarme un bofetón con una baguette de pan que tomó de una de las estaciones de meseros que me mandó a volar y me aturdió.

Salió corriendo y en cuanto pude recuperarme llamé a Miss Jinx y las dos salimos tras él.

“Te vas a arrepentir de haberme pegado con una pieza de pan”, gritaba frenética. Tenía mucho corage pues nunca me habían hecho algo así y lo sentí muy ofensivo. “¡¡¡Te juro que cuando te agarre te voy a agarrar a taconazos!!!!”

Al final lo alcanzamos porque era tan pesado que apenas podría correr.

Y mientras le daba mi famoso Judo chop sentencié: “Tú lo pediste así: ¡¡¡Te…dije…que…conmigo…no…se…juega...es-tú-pi-do…gor-do…de…ca-ga-da!!!”, y cayó noqueado al piso.

Al final se lo llevaron inconsciente y la gente pudo salir sana y salva del lugar. Cuando salíamos del lugar, una limosina nos esperaba afuera.

“¡Miss Jinx! ¡Qué buen detalle! ¡Gracias amiga! ¡Volveremos a casa como merecemos, en limo y bien borrachas de champagne! Veme pasando mis mommy little helpers que ya ves que me gusta mezclarlos”

“Bruna, ¿alguna vez dejarás de ser tan borracha y drogadicta?”

“Déjame que sabes que tengo problemas personales muy fuertes. Además, como diría mi Tía Geraldine, la gente bien siempre tenemos vicios. ¡Vámonos!”.

Al momento de abrir la ventanilla del chofer, un perro boxer muy apuesto y galante nos dio la bienvenida.

“¿Quién eres tú?, dije intrigada y casi babeando pues era hermoso.

“Mi nombre es Dagger, mucho gusto”, dijo e inmediatamente arrancó el coche.

1 Comments:

At mayo 16, 2008, Blogger The WebHitMan said...

Qué gran capítulo!!! Más emocionante que ver Sky gratis!!!

Besos,
El Buen Hobbit

 

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