Capitulo 4.2: Buscando la luz (parte 2)
Logré salir corriendo de aquél salón dejando a Stalker ahí. Al cruzar la puerta, una oleada de flashes comenzaron a centellear frente a mí. Estaba tan deslumbrada que no entendía lo que sucedía. Estaba teniendo un Britney-moment! Alguien me tomó del brazo y me fue escoltando por el pasillo. Cuando pude recuperarme de tanta luz, me di cuenta de que estaba en una red carpet.
“¡Por qué me jalas! Es de mala educación no saludar a la prensa en las red carpets”, dije enojada. “Además ni siquiera posar pude”.
Sin darme cuenta estaba ataviada con un Monique Lhuillier color lavanda hermoso, de lo mejor que había lucido. Joyería carísima de Van Cleef & Arpels, peinado y maquillaje de primer nivel. Esto era un sueño hecho realidad…take that, Sienna Miller.
“Así que con tu permiso”, dije mientras me levantaba un poco el vestido para no tropezar con mis hermosísimo Choos. “Me voy a regresar tantito, al menos para que vean el escote de la espalda y mañana Perez Hilton me ponga una corona o la leyenda “flawless” que tanto me merezco”.
Al regresar la alfombra seguía llena de flashes, apenas si podía ver algo, pero como los flashes no me dejaban ver si estaban Joan Rivers o Giuliana de Pandi por ahí para entrevistarme, pues hice lo que se hacer, o sea posar. Una de frente, una de lado, la espalda, sonrisa perfecta, un discreto saludo con mi patita para mostrar los diamantes de la pulsera y los anillos.
Un destello de luz blanca me cegó y lo siguiente que supe al abrir los ojos es que todos se habían ido, no había alfombra roja ni backdrops brandeados, ni vayas de prensa, ¡ni prensa! Solo un galerón frío y vacío con una silla en el centro donde al prestar mucha atención vi que Stalker ocupaba y no solo eso, se reía de mí. Ya no traía vestido, ni maquillaje, ni peinado ni joyas. Todo había sido una ilusión, una cruel fantasía creada por él para volverme loca.
“¿Cómo te atreves a hacerme esto? ¡Con los sentimientos de una dama no se juega”! grité.
“¿Sentimientos? ¿Pero de qué sentimientos hablas, Bruna? En muy pocas ocasiones has mostrado tenerlos…”, contestó sarcásticamente. “Además, ¿qué no es esto lo que te gusta? ¿La fama? ¿Los reflectores? ¿Las alabanzas? Yo te estoy dando la posibilidad de que lo tengas por siempre con solo pensarlo.”
“No me conoces y no tienes derecho a catalogarme. Tú no sabes quién soy yo”
“Por supuesto que lo se. Eres una perra asesina, egolatra y soberbia con ínfulas de grandeza…a la cuál simplemente A-DO-RO”, siguió diciendo burlón.
“Perfecto. ¿Así lo quieres? Así lo vas a tener. Esto es la guerra y te juro maldito enfermo que voy a salir de aquí así tenga que sacarte diente por diente con una pinza de depilar. Y lo voy a hacer por gusto y porque puedo, por maldad nada más”, declaré retadora.
Volví a correr a la salida con lágrimas de coraje y desesperación en mis ojitos color café. Pero eso sí, con la cabeza bien en alto. Ese imbecil no merecía una sola de ellas. Porque si creyó que se había salido con la suya estaba muuuuuuuuy equivocado (y dije muuuuuuuuuuuuy).
Al darme cuenta de que estaba atrapada en la mente de un loco, decidí probar pensando en algo para ver si lograba aparecerlo, pues él me había dicho que con solo desearlo tendría lo que yo quisiera.
“Veamos, qué necesitaré…oh! nail polish!”, grité.
Al final del corredor una mesita super cute con una lamparita alumbrandola tenía un frasquito de nail polish color rojo como el de Dita Von Teese.
“¡Bien! Esto me gusta….veamos….Miss Jinx!”
Kazam! (how Beyoncé of me) Miss Jinx apareció en el mismo corredor donde la vi congelada. Pero ahora tenía la solución.
“Soplete!”
Y de la nada salió un soplete con el que pude descongerlarla.
“Miss Jinx, qué bueno verte, tapate amiga que estás toda mojada y no quiero que te de pulmonía. Necesito que me ayudes porque este loco nos tiene encerradas”
Y mientras le contaba, Miss Jinx caía dormida y yo ni cuenta me di hasta que la tuve babeandome el hombro.
“¡Miss Jinx! ¡No es el momento para tus tonterías! ¡Despierta!”, grité cuando le solté tremendo bofetadón.
“Bruna, cómo haremos para salir. Este tipo suena muy peligroso. Y si estamos en su mente es por que tiene controladas las nuestras”
“Vaya, hasta que dices algo coherente. Tienes razón. Necesitamos encontrar en dónde tiene guardadas nuestras mentes antes de que nos logre controlar por completo”
Deseamos tener los mejores outfits ever worn by us. Así que yo traía unos jeans super pegados color indigo Marc Jacobs con una simple white crisp shirt de Tom Ford y unas botas largas Louboutin. Pelazo con todo y postizo y aretes largos. Y no. No me parecía en nada a J.Lo, no soy tan ghetto chic, soy solo chic. Ya quisiera esa muchacha bañada y pulida tener mi esbelta figura. WORD.
Miss Jinx por alguna extraña razón decidió verse como Ugly Betty con todo y los lentes y el poncho de Guadalajara.
“WTF! ¿Miss Jinx qué te pasa? ¿Ugly Betty?” dije sorprendida.
“Jooooola Bruna! Ay qué tiene, Ugly Betty es buena y su fashion sense está totalmente underrated. Este es mi pequeño homenaje al ícono pop que es”, contestó segura.
A veces Miss Jinx me sorprende con sus convicciones e idelogías, pero let it be, let it be, zen Bruna, zen…
Ya listas y armadas únicamente con nuestro glamour subimos al elevador que nos llevaría directamente al centro de la mente de Stalker (lo sabíamos porque había un botón que decía eso mismo). Al salir nos encontramos con un oscuro invernadero en donde las hortigas eran las dueñas del lugar. Las paredes estaban cubiertas de largas manchas de hiedra sobre todo en las esquinas. El piso estaba cubierto por hierba seca y las macetas colocadas en los anaquéles del lugar se encontraban vacías o con las flores muertas. Al final del invernadero, en un rincón cubierto por hortigas se alcanzaba a ver una lucecita.
“Miss Jinx, ayúdame a quitar todo esto, necesitamos ver esa luz”, murmuré.
Al llegar a la luz pudimos ver que estabamos en un invernadero en la azotea. No tenía mucha lógica porque habíamos bajado y no subido por el elevador, pero en este lugar nada tenía sentido de cualquier modo. Esa luz era de un cuerto en la planta baja donde el loco nos tenía dormidas y nos suministraba drogas.
Ese era el mundo real y nosotras lo estabamos viendo a través de un cristal como si fuera una película.
“¿Qué hacemos?”, preguntó Miss Jinx y antes de que siquiera terminara la pregunta, yo ya tenía el tacón de mi bota en el filo del cristal y estaba lista para romperlo.
“Esto es lo que vamos a hacer, querida”, rompí el cristal con mi bota, tomé con una mano a Miss Jinx y con la otra una liana de la hiedra que nos sirvió para bajar.
“Ahora si idiotita. Tu y yo. Te dije que esto sería la guerra y lo va a ser”, dije con un leve tono de venganza porque yo no soy para nada así.
“Ah sí y ¿qué piensas hacer, perra idiota? ¡Eres mía!”
“I don’t FUCKIN’ think so!” y solté el primer golpe, que tal como lo imaginé le voló al menos tres dientes.
Cuando se recuperó, trató de golpearnos pero somos tan coordinadas para pelear que mientras una le pegaba en el estómago, la otra estaba dándole karatazos en la espalda. Stalker ya no sabía ni qué hacer, al final como todo fan obsesionado con su ídolo era un geek debilucho y manipulable.
Me di el gusto de tomar una hoja de papel blanco y cortarle lentamente entre las comisuras de los labios y en las uniones de los dedos de las manos y los pies. ¿Sádica? No. Solo cumplo con mi promesa de hacerlo sufrir hasta que me rogara perdón. Y estaba cerca.
“Dinos cómo salir de aquí desgraciado o te juro que te vas a quedar sin descendencia y no voy a usar una hoja de papel sino un pelador de papas”, amenacé.
“Noooo!!! ¿Por qué me tratas así, no ves que lo único que hago es quererte?”, dijo llorando.
“Me suenas taaaan familiar…Así me chantajeaban y no lo aguanto. Te hago esto porque me quieres quitar mi libertad y porque te burlaste de mí y encima me catalogaste”.
“Perdoname, yo no quise lastimarte. Yo quiero ser parte de tu vida”
“Hun, I don’t think so. No hay glamour, no hay actitud y sobre todo, no hay salud mental”
Mientras Miss Jinx lo tenía amagado, saqué de su bolsillo una llave dorada que pertenecía a una puerta al final de aquél cuarto blanco. Era la puerta de salida. No me fui sin antes darle un rompe narices como tantas veces había visto a los torturadores en las películas hacer. ¡Me sentí tan poderosa!
Al salir por la puerta, una luz nos cegó y lo siguiente que recuerdo es estar despertando en una cama de hospital. Madame La Rue
“¿Qué pasó?”, pregunté aturdida.
“Fueron secuestradas, Bruna. Apenas hace un rato las trajeron después del rescate. Estamos haciendo valoraciones para saber si les hicieron algun daño más allá de haberlas drogado para mantenerlas sedadas. Desaparecieron por meses. Pensábamos que estarían muertas pero afortunadamente las encontramos.”
“¿Cómo nos encontraron? ¿Quién nos encontró? ¿Quién nos secuestró en primer lugar?”
“No lo vas a creer Bruna, pero quien las encontró fue Flan Q después de meses de estarlas rastreando. El secuestrador las movía de un lugar a otro y por eso fue tan difícil atraparlo. Quien las tuvo cautivas todo este tiempo fue el Dr. Monroe.”
“Y quién diablos es el Dr.Monroe?”
“Bruna has memoria. El Dr. Monroe te atendió cuando eras pequeña, cuando sucedió la masacre de tu cumpleaños número 15. Es el mismo que enloqueció años después y regresó para tratar de protegerte, pues sentía que debía de proteger a todos sus pacientes y los sedaba tanto que los terminaba matando. De milagro no lo hizo con ustedes”.
“¿Y dónde está? ¿Ya lo atraparon y encarcelaron?”
“No. Flan Q no pudo atraparlo. Sigue suelto.”
“¡Ash otro favor que le debo a esa gata! Ya buscaré cómo pagarle, una manita de gato o algo, jijii, lo siento Madame La Rue los efectos de la droga no han pasado….yo me encargaré de buscar a ese doctor hasta el fin del mundo y hacerle pagar por esto. De eso no tengas duda…”
Lo digo y lo repito. Voy a buscar al Dr. Monroe hasta debajo de las piedras y cuando lo encuentre sabrá que nunca debió de haberse metido con Bruna Burboise.
“¡Por qué me jalas! Es de mala educación no saludar a la prensa en las red carpets”, dije enojada. “Además ni siquiera posar pude”.
Sin darme cuenta estaba ataviada con un Monique Lhuillier color lavanda hermoso, de lo mejor que había lucido. Joyería carísima de Van Cleef & Arpels, peinado y maquillaje de primer nivel. Esto era un sueño hecho realidad…take that, Sienna Miller.
“Así que con tu permiso”, dije mientras me levantaba un poco el vestido para no tropezar con mis hermosísimo Choos. “Me voy a regresar tantito, al menos para que vean el escote de la espalda y mañana Perez Hilton me ponga una corona o la leyenda “flawless” que tanto me merezco”.
Al regresar la alfombra seguía llena de flashes, apenas si podía ver algo, pero como los flashes no me dejaban ver si estaban Joan Rivers o Giuliana de Pandi por ahí para entrevistarme, pues hice lo que se hacer, o sea posar. Una de frente, una de lado, la espalda, sonrisa perfecta, un discreto saludo con mi patita para mostrar los diamantes de la pulsera y los anillos.
Un destello de luz blanca me cegó y lo siguiente que supe al abrir los ojos es que todos se habían ido, no había alfombra roja ni backdrops brandeados, ni vayas de prensa, ¡ni prensa! Solo un galerón frío y vacío con una silla en el centro donde al prestar mucha atención vi que Stalker ocupaba y no solo eso, se reía de mí. Ya no traía vestido, ni maquillaje, ni peinado ni joyas. Todo había sido una ilusión, una cruel fantasía creada por él para volverme loca.
“¿Cómo te atreves a hacerme esto? ¡Con los sentimientos de una dama no se juega”! grité.
“¿Sentimientos? ¿Pero de qué sentimientos hablas, Bruna? En muy pocas ocasiones has mostrado tenerlos…”, contestó sarcásticamente. “Además, ¿qué no es esto lo que te gusta? ¿La fama? ¿Los reflectores? ¿Las alabanzas? Yo te estoy dando la posibilidad de que lo tengas por siempre con solo pensarlo.”
“No me conoces y no tienes derecho a catalogarme. Tú no sabes quién soy yo”
“Por supuesto que lo se. Eres una perra asesina, egolatra y soberbia con ínfulas de grandeza…a la cuál simplemente A-DO-RO”, siguió diciendo burlón.
“Perfecto. ¿Así lo quieres? Así lo vas a tener. Esto es la guerra y te juro maldito enfermo que voy a salir de aquí así tenga que sacarte diente por diente con una pinza de depilar. Y lo voy a hacer por gusto y porque puedo, por maldad nada más”, declaré retadora.
Volví a correr a la salida con lágrimas de coraje y desesperación en mis ojitos color café. Pero eso sí, con la cabeza bien en alto. Ese imbecil no merecía una sola de ellas. Porque si creyó que se había salido con la suya estaba muuuuuuuuy equivocado (y dije muuuuuuuuuuuuy).
Al darme cuenta de que estaba atrapada en la mente de un loco, decidí probar pensando en algo para ver si lograba aparecerlo, pues él me había dicho que con solo desearlo tendría lo que yo quisiera.
“Veamos, qué necesitaré…oh! nail polish!”, grité.
Al final del corredor una mesita super cute con una lamparita alumbrandola tenía un frasquito de nail polish color rojo como el de Dita Von Teese.
“¡Bien! Esto me gusta….veamos….Miss Jinx!”
Kazam! (how Beyoncé of me) Miss Jinx apareció en el mismo corredor donde la vi congelada. Pero ahora tenía la solución.
“Soplete!”
Y de la nada salió un soplete con el que pude descongerlarla.
“Miss Jinx, qué bueno verte, tapate amiga que estás toda mojada y no quiero que te de pulmonía. Necesito que me ayudes porque este loco nos tiene encerradas”
Y mientras le contaba, Miss Jinx caía dormida y yo ni cuenta me di hasta que la tuve babeandome el hombro.
“¡Miss Jinx! ¡No es el momento para tus tonterías! ¡Despierta!”, grité cuando le solté tremendo bofetadón.
“Bruna, cómo haremos para salir. Este tipo suena muy peligroso. Y si estamos en su mente es por que tiene controladas las nuestras”
“Vaya, hasta que dices algo coherente. Tienes razón. Necesitamos encontrar en dónde tiene guardadas nuestras mentes antes de que nos logre controlar por completo”
Deseamos tener los mejores outfits ever worn by us. Así que yo traía unos jeans super pegados color indigo Marc Jacobs con una simple white crisp shirt de Tom Ford y unas botas largas Louboutin. Pelazo con todo y postizo y aretes largos. Y no. No me parecía en nada a J.Lo, no soy tan ghetto chic, soy solo chic. Ya quisiera esa muchacha bañada y pulida tener mi esbelta figura. WORD.
Miss Jinx por alguna extraña razón decidió verse como Ugly Betty con todo y los lentes y el poncho de Guadalajara.
“WTF! ¿Miss Jinx qué te pasa? ¿Ugly Betty?” dije sorprendida.
“Jooooola Bruna! Ay qué tiene, Ugly Betty es buena y su fashion sense está totalmente underrated. Este es mi pequeño homenaje al ícono pop que es”, contestó segura.
A veces Miss Jinx me sorprende con sus convicciones e idelogías, pero let it be, let it be, zen Bruna, zen…
Ya listas y armadas únicamente con nuestro glamour subimos al elevador que nos llevaría directamente al centro de la mente de Stalker (lo sabíamos porque había un botón que decía eso mismo). Al salir nos encontramos con un oscuro invernadero en donde las hortigas eran las dueñas del lugar. Las paredes estaban cubiertas de largas manchas de hiedra sobre todo en las esquinas. El piso estaba cubierto por hierba seca y las macetas colocadas en los anaquéles del lugar se encontraban vacías o con las flores muertas. Al final del invernadero, en un rincón cubierto por hortigas se alcanzaba a ver una lucecita.
“Miss Jinx, ayúdame a quitar todo esto, necesitamos ver esa luz”, murmuré.
Al llegar a la luz pudimos ver que estabamos en un invernadero en la azotea. No tenía mucha lógica porque habíamos bajado y no subido por el elevador, pero en este lugar nada tenía sentido de cualquier modo. Esa luz era de un cuerto en la planta baja donde el loco nos tenía dormidas y nos suministraba drogas.
Ese era el mundo real y nosotras lo estabamos viendo a través de un cristal como si fuera una película.
“¿Qué hacemos?”, preguntó Miss Jinx y antes de que siquiera terminara la pregunta, yo ya tenía el tacón de mi bota en el filo del cristal y estaba lista para romperlo.
“Esto es lo que vamos a hacer, querida”, rompí el cristal con mi bota, tomé con una mano a Miss Jinx y con la otra una liana de la hiedra que nos sirvió para bajar.
“Ahora si idiotita. Tu y yo. Te dije que esto sería la guerra y lo va a ser”, dije con un leve tono de venganza porque yo no soy para nada así.
“Ah sí y ¿qué piensas hacer, perra idiota? ¡Eres mía!”
“I don’t FUCKIN’ think so!” y solté el primer golpe, que tal como lo imaginé le voló al menos tres dientes.
Cuando se recuperó, trató de golpearnos pero somos tan coordinadas para pelear que mientras una le pegaba en el estómago, la otra estaba dándole karatazos en la espalda. Stalker ya no sabía ni qué hacer, al final como todo fan obsesionado con su ídolo era un geek debilucho y manipulable.
Me di el gusto de tomar una hoja de papel blanco y cortarle lentamente entre las comisuras de los labios y en las uniones de los dedos de las manos y los pies. ¿Sádica? No. Solo cumplo con mi promesa de hacerlo sufrir hasta que me rogara perdón. Y estaba cerca.
“Dinos cómo salir de aquí desgraciado o te juro que te vas a quedar sin descendencia y no voy a usar una hoja de papel sino un pelador de papas”, amenacé.
“Noooo!!! ¿Por qué me tratas así, no ves que lo único que hago es quererte?”, dijo llorando.
“Me suenas taaaan familiar…Así me chantajeaban y no lo aguanto. Te hago esto porque me quieres quitar mi libertad y porque te burlaste de mí y encima me catalogaste”.
“Perdoname, yo no quise lastimarte. Yo quiero ser parte de tu vida”
“Hun, I don’t think so. No hay glamour, no hay actitud y sobre todo, no hay salud mental”
Mientras Miss Jinx lo tenía amagado, saqué de su bolsillo una llave dorada que pertenecía a una puerta al final de aquél cuarto blanco. Era la puerta de salida. No me fui sin antes darle un rompe narices como tantas veces había visto a los torturadores en las películas hacer. ¡Me sentí tan poderosa!
Al salir por la puerta, una luz nos cegó y lo siguiente que recuerdo es estar despertando en una cama de hospital. Madame La Rue
“¿Qué pasó?”, pregunté aturdida.
“Fueron secuestradas, Bruna. Apenas hace un rato las trajeron después del rescate. Estamos haciendo valoraciones para saber si les hicieron algun daño más allá de haberlas drogado para mantenerlas sedadas. Desaparecieron por meses. Pensábamos que estarían muertas pero afortunadamente las encontramos.”
“¿Cómo nos encontraron? ¿Quién nos encontró? ¿Quién nos secuestró en primer lugar?”
“No lo vas a creer Bruna, pero quien las encontró fue Flan Q después de meses de estarlas rastreando. El secuestrador las movía de un lugar a otro y por eso fue tan difícil atraparlo. Quien las tuvo cautivas todo este tiempo fue el Dr. Monroe.”
“Y quién diablos es el Dr.Monroe?”
“Bruna has memoria. El Dr. Monroe te atendió cuando eras pequeña, cuando sucedió la masacre de tu cumpleaños número 15. Es el mismo que enloqueció años después y regresó para tratar de protegerte, pues sentía que debía de proteger a todos sus pacientes y los sedaba tanto que los terminaba matando. De milagro no lo hizo con ustedes”.
“¿Y dónde está? ¿Ya lo atraparon y encarcelaron?”
“No. Flan Q no pudo atraparlo. Sigue suelto.”
“¡Ash otro favor que le debo a esa gata! Ya buscaré cómo pagarle, una manita de gato o algo, jijii, lo siento Madame La Rue los efectos de la droga no han pasado….yo me encargaré de buscar a ese doctor hasta el fin del mundo y hacerle pagar por esto. De eso no tengas duda…”
Lo digo y lo repito. Voy a buscar al Dr. Monroe hasta debajo de las piedras y cuando lo encuentre sabrá que nunca debió de haberse metido con Bruna Burboise.
3 Comments:
WOW !!!
Speechless !!!
Breath taking !!!
i cant wait to know WTH is gonna happen!!!
Love ya Biotch !!!
U Go Girl!!!
U better catch that MF!
hugs & kisses
deberías de empezar a hacer ilustraciones, en una de esas tenemos el NUEVO comic
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