Capitulo 4.1: Buscando la luz (parte 1)

Darkness. Just darkness around me. I’m trapped in this ridiculously small cage without knowing why I’m here in the first place. Hey, stop. Why am I speaking in English? This is so weird, but it just comes so natural. I´m starting to be pissed. I am Bruna Burboise, not some gringa loca trapped in a cage after a night of booze and drugs in Hookerville.

The room stinks like road kill, it’s simply disgusting. I can barely breathe. I shouted for help and the only thing I get to see across the room is this wacky TV monitor. Even before I think about finding a way of turning it on, it does, simply like that.

“What the fuck?? (excuse my French)”, I thought. “I must find out where the heck I am.”

So, the TV starts showing passages of my life. It’s almost like if all of my adventures had been taped and now they are shown on TV. This is not happening! I’m really terrified as I see this charade.

“What is this!!!”, I start screaming. Is this a joke??? Am I in one of those morbid SAW pictures?”

Nobody answers. Suddenly the TV shuts down and the cage opens. I was able to go out, so I did. The TV disappeared as I went and a door appeared.

“You got to be kidding me! Now I’m in Alice in Fucking Wonderland?? Please tell me this is not true!!”

I start walking and when I pass through the door, I am able to start thinking in Spanish again.

“Gracias a Dior. Ya estaba harta. Bueno, ¿entonces donde diablos estaré? Miss Jinx!!! ¿Dónde estás?

Justo en el momento en el que pensé en Miss Jinx apareció congelada en una de las paredes del largo pasillo.

“¿Qué te pasa? ¿Por qué estás ahí? ¿Quién te hizo eso? Dímelo para poderlo poner en su lugar.

No hubo respuesta. No entendía nada. El miedo se colaba por mi piel erizando cada poro y la angustia cerraba mi garganta. Decidí recorrer el lugar con el fin de descubrir en dónde estaba.

El pasillo se hacía cada vez más estrecho. La luz era muy tenue, casi imperceptible por lo que solo podía ver mi cuerpo hasta la cintura. Al ir caminando sentía cómo pisaba cosas con consistencia suave y muy desagradable. Por momentos sentí escalofríos cuando algunos bichos subían por mi pierna. El olor continuaba siendo rancio y penetrante.

Conforme fui avanzando la luz se hacía más intensa. Las paredes comenzaban a tener sentido con cuadros colgados. En cada cuadro que fue apareciendo se encontraba un nicho con cada uno de mis enemigos disecado. Era como si alguien los hubiera inmortalizado en un museo de verdad terrorífico.

El piso ahora estaba cubierto por agua. En el ambiente se respiraba suciedad y podredumbre. El miedo comenzó a dejarme casi paralizada de nuevo. Podía escuchar a lo lejos una respiración atribulada y los latidos de un corazón cansado. Imágenes sangrientas comenzaron a aparecer en mi mente.

Al dejar el pasillo y llegué a un salón con una atmósfera totalmente diferente. Música clásica tocada al reves. Maniquíes por todo lo largo y ancho del lugar vestidos a manera de carnaval. Una fiesta grotesca y silenciosa. Pero algo por encima de todo ese espectáculo llamó mi atención. Ahí fue cuando lo vi por primera vez. De pie mirando divertido mi reacción ante la escena que estaba viviendo. ¿Pero quién era? ¿Por qué me tenía ahí?

“Bruna, al fin llegas”, dijo sereno. “Tardaste un poco más de lo previsto, pero ya estás aquí y eso es lo que importa.”

“Todo esto me parece muy confuso. ¿Por qué me pusiste en esa jaula? ¿Por qué me encerraste? Y lo más importante, ¿quién eres tú?

“Todo ha sido por tu bien. Mi único interés es el de protegerte. Estuviste a punto de morir, ¿lo recuerdas?.”

“¿Morir? ¿Cuándo?” pregunté alarmada.

“Claro. No lo recuerdas porque aún tienes secuelas de amnesia. Pero debo decirte que corriste peligro y no hubiera podido soportarlo. Así que decidí sacarte de tu mundo y traerte al mío, donde solo me pertenecerás a mí”, dijo seguro de sus palabras. “De ahora en adelante nadie podrá hacerte daño y yo te cuidaré…”

“Qué amable cariño, pero no gracias, regrésame a donde pertenezco”, le pedí nerviosa. “Mira, el asunto es que debo de salir de la oscuridad, seguir siendo tan maravillosa y grandiosa como lo he sido hasta ahora. Yo soy Bruna Burboise y nadie me va a enterrar en el olvido.”

“En eso te equivocas. No hay manera de salir de aquí. Nadie te va a escuchar. Además, ya me encargué de todo aquello que te pueda ayudar a salir de aquí. Tú misma viste a Miss Jinx en el pasillo congelada, ¿no?, dijo burlón. “That was me too, he he he. Ah, por cierto, yo soy solo tu más grande admirador.”

Ahora sí tenía miedo. Un stalker es lo único que me faltaba. Ya se que es el precio de la fama, pero de ninguna manera este loco me iba a tener cautiva. Y si me admirara tanto como decía hacerlo, sabría que eso no sería posible.

“Ahhh ya entendí entonces. Eres un admirador…bueno en ese caso me siento tan halagada que quisiera que nos pongámonos cómodos y disfrutemos la velada”, dije mientras lo tomaba del brazo y lo conducía al ventanal.

“Me da mucho gusto que hayas entendido Bruna. Pensé que sería más difícil.”

“No, para nada. Soy muy razonable y más cuando se trata de mis admiradores. Empezaré por decirte algo que alguna vez me dijo mi madre… Si miras al horizonte y después miras al piso…sí, míralo bien…¡porque ahí vas a acabar imbécil!”

Lo empujé por la ventana y cayó en el piso. El sonido fue hueco, pesado. La sangre comenzó a impregnar las baldosas blancas.

“Bueno, eso fue sencillo. Ahora por Miss Jinx y au revoir!”

“¿Cómo? ¿De verdad creíste que sería tan fácil?” y apareció de nuevo. “Perrita tonta. Este es mi juego, esta es mi mente y tú te quedas aquí hasta que yo quiera.”

“Me estás empezando a enervar. Ves demasiada televisión y no me gusta tu tono de voz. Es mejor que me dejes salir o tendré que…”

“Jajajajaja Bruna, nada de lo que hagas podrá sacarte de aquí. Todo esto es una ilusión creada por mí. Yo no existo, ni tú tampoco. Yo soy solo una ilusión, no tengo cuerpo, ni materia, por eso no me puedes matar como acostumbras.”

Oh por Dios. Estoy perdida. Nunca podré salir de aquí. Tengo que pensar en algo y rápido.