Bruna Burboise®: Crónicas de una Perra Bipolar®

Yo soy Bruna Burboise: De día, una dulce perrita de casa. De noche, letal espía y asesina a sueldo.

miércoles, diciembre 06, 2006

Capítulo 2.14: Hasta las perras creen en Santa Claus (parte 2)

Pues resulta que Nicole Kidman tenía ya tanto botox en la cara que la bacteria le comió el cerebro trayendo de vuelta terribles recuerdos de su infancia cuando Santa Claus nunca le dejaba regalos y ahora quería vengarse. Dumb bitch! Santa Claus no le dejaba regalos porque la tonta nunca pudo escribir bien una carta. Así de simple. Pero claro, como ahora era una super estrella pensó que podía llevar a cabo su venganza sin castigo alguno.

Tomamos nuestras maletas y viajamos hasta Australia donde la localizamos. Y si no me creen que esta mujer es una reverenda imbécil, entonces ¿por qué decidiría esconderse en Australia en lugar de cualquier otro lugar menos obvio?

Bueno, pues llegamos a su casa, una granja in the middle of nowhere, con canguros y cosas de esas muy típicas de allá. Yo decidí hacer un homenaje a Steve Irwin y usar uno de los outfits que lo caracterizaban, muy de safari, khaki y con sombrero de exploradora, es más hasta un harpón de mantarraya me puse como prendedor.

Hacía un calor de los mil demonios, raro para mí en esta epoca del año, pero eso no me impediría seguir. Cuando nos logramos escabullir dentro de la casa de la Kidman todo cambió. Por dentro era una cámara criogénica de pies a cabeza. Si ustedes dudan de esas historias que dicen que Michael Jackson duerme en una, bueno, pues aca Ice Queen Kidman vive en una. ¡Toda la casa era helada!

Pedí a Miss Jinx que tratara de no quedarse dormida, la pobre tenía tanto frío que parecía paleta de hielo. Y para que entrara en calor le pedí que fuera a buscar a Santa Claus mientras yo buscaba a Ice Queen Kidman.

Subí las escaleras al escuchar un rechinido y llegué a la habitación principal. Ice Queen Kidman aterrorizaba a sus hijos (adoptados, pero sus hijos al fin y al cabo) queriéndoles poner inyecciones de botox, pues según ella, así no envejecerían nunca. Los niños corrían por toda la habitación y aquella loca sin expresión facial los perseguía amenazante.

“¡Deja a esos pobres niños en paz! ¡Ya tienen suficiente con ser adoptados, tener de papá a ese enano de circo, a ti que eres como de cera como mamá y además una media hermana marciana!”, grité.

“¿Qué haces aquí? ¡Cómo te atreves a entrar a mi propiedad sin permiso!”, dijo furibunda.

“Vine a que me regreses a Santa Claus”.

“No, ¡eso nunca! Santa Claus no volverá a dejar un solo juguete a ningun niño NUNCA”.

“A ver Nicolita, ven chula, vamos a dialogar. Mira, este no es un set, esta no es una de tus películas, yo no soy la heroína, bueno eso sí, pero mi punto es que esto no es un dramón de Oscar, entonces no te esfuerces tanto por parecer mala, no lo eres. Solo eres una pobre tonta con la cara de estatua, cejas de bruja y ojos de sapo por tanto botox que ya te echaste”.

“¡Estupida! Yo soy hermosa y me veo hermosa, siempre joven”

“Mmm si, tú solías ser una inspiración, pero la verdad es que ahora te ves un poquito…¿cómo podré decirlo?...cambiada. ¿Ubicas Mars Attacks? Bueno pues ahora eres como esa marciana. Pareces un render, las películas animadas de Barbie se ven más reales que tú”

“Eso sí no te lo voy a permitir. También contigo acabaré”, comenzó a gritar.

Se dirigió hasta a mí con su aguja de 1 mt que es la que ella usa para inyectarse. Me intimidó el hecho de ver una tan grande, así que hice uso de mi harpón prendedor de mantarraya y me puse en guardia.

Ice Queen Kidman comenzó el ataque, lo peor es que ni teniendo la cara tiesa se detenía. Estaba movida por puros impulsos, ya ni pensaba. Mientras ibamos peleando por toda la casa con nuestras espadas improvisadas, Miss Jinx recorría la casa buscando al mentado Santa Claus.

Isabella y Connor, hijos de Tom Cruise y Ice Queen Kidman y medios hermanos de la pequeña Alien Cruise, fueron quienes la ayudaron a sacar al pobre gordito del sotano. El viejito ya ni chapitas tenía de tanto frio.

Ice Queen Kidman se dio cuenta y decidió dejarme ahí para ir detrás de los niños, Miss Jinx y Santa Claus. Y detrás de ella iba yo planeando cómo derrotarla.

Me quedé en la parte de arriba y volé hasta caerle encima. No calculé bien el aterrizaje y como caí mal me sostuve de su cabellera para no terminar en el piso y ¡oh sorpresa, era una peluca pegada con Kola Loka! Al momento de sentir el tirón, hizo la cabeza haia atrás y salieron volando los dientes postizos.

Como aun asi me fui resbalando por su camisón de satín, me sostuve de su Wonder Bra y lo zafé sin querer. Sus boobs cayeron inmediatamente al piso.

El caso es que la mujer estaba toda hecha. Comenzó a gritar como loca al ver que ya sabíamos su secreto. Ice Queen Kidman era toda de plástico de manufactura quirurgica. Y ahí sí me enojé. ¿Cómo era posible que la mujer engañara a todo el mundo haciendole creer que era hermosa, cuando Antílope Cruz y hasta Robo-Katie Holmes sí son en realidad más bonitas que ella?

Eso ya merecía una buena golpiza, si estaba fea, ¡ahora la iba a dejar peor! Así que me dispuse a primero callarla porque estaba histérica y ni en Moulin Rouge berreó tanto. Tomé un pedazo de popo de canguro y se lo aventé a la boca. Se comenzó a atragantar y es ahí donde decidí comenzar. Unas patadas, un pisotón de chichis y muchos boob kicks fueron la dosis adecuada.

“Y esto es por haberte casado con Tom Cruise sabiendo que era gay. ¡Interesada!” ¡PUM!

“Esto es por todas las veces que te has visto mejor que yo en las alfombras rojas, estupida!” ¡POM!

“¡Esto es para Antílope y Robo-Katie de mi parte!” ¡PAM!

Ese último golpe la dejó inconsciente y en lugar de sangre, destilaba botox. Asqueroso.

Ice Queen Kidman terminó peor que prisionera de guerra en Irak. A la pobre ni se le reconocía y ni con muchas cirugías podría reconstruírse, así que decidí hacerle un favor. Apagué la calefacción de la casa y se derritió. Su cuerpo no aguantó tanto calor.

Cuando salimos de la casa con Santa Claus, este comenzó con sus habituales tonterías.

“JO,JO,JO, gracias Bruna! Has salvado la Navidad”, exclamó con entusiasmo.

“JO, JO, JO nada panzón, ahorita mismo te regresas a tu casa a preparar todo, falta poco para Navidad”, dije sin muchas ganas.

“Bruna, quisiera que me acompañaras a repartir los regalos”

“¿Y qué dijiste? Esta taruga ya cayó y me la voy a llevar para ponerla a trabajar junto con mis enanos con Síndrome de Down y mi crew de renos jotos, ¿no? ¡Pues no! Yo tengo mejores cosas que hacer. Necesito un spa UR-GEN-TE. Así que vete yendo a tu casa que allá te espera tu esposa vieja y con problemas de obesidad, ni modo…de vuelta a la realidad.”

Cuando Santa Claus se iba, recordé algo más…

“Santa, una cosa más. No te atasques y dejale a Los Reyes Magos a los niños feos y al Niñito Dios a los provincianos, que si no su negocio se cae y luego se andan muriendo de hambre. ¡Ciao!”

Y es asi como regresé del coma y salvé la Navidad. Yo por lo pronto voy en un avión a un spa donde me van a dejar como nueva. Nos vemos el año que entra con más aventuras.

Ah! Y ¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2007!

¡Los quiero a pesar de ustedes!

Bruna Burboise.

4 Comments:

At diciembre 06, 2006, Blogger Miss Neumann said...

BRUNA: AHORA IS REGRESASTE COMO HEROÌNA!!! GRACIAS POR SALVAR LA NAVIDAD, LE DIJISTE A SANTA QUE NO OLVIDE MIS REGALOS???

BESITOS

 
At diciembre 06, 2006, Blogger Alex said...

Bruna,

U R THE BOMB!!! Y como dice Miss Neumann... Thnks x salvar la navidad!!! No se que haria si Santa no me trae mis zapatos Gucci y mi Bolsa LV!!!!

Que bueno q has regresado y esperamos mas de tus increibles historias!!!

Un Abrazo

 
At diciembre 06, 2006, Blogger Chuminis said...

Jjajajajja hoy sí me hiciste reír!

 
At diciembre 07, 2006, Blogger @ Blozzom @ said...

Ya te extrañabamos!!

Me encanto como salvaste la navidad y al gordito!!

Saludos y welcome back!

 

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