Capítulo 2.12: Kill The Idol (Part 2)
De la selva apareció Sandunga. Era cómplice en toda esta bromita.
“Sandunga, reina, ¿nos veniste a rescatar?, pregunté ansiosa.
“No”
“Ok, darling, entonces ¿me puedes explicar qué está pasando? Y no quiero que titubees, porque estoy atada, pero no soy ninguna tonta y no me quieres ver enojada”.
“En un momento sabrás de qué se trata todo esto…”, respondió.
El estruendo en la selva no era causado por Sandunga, ni siquiera era posible pues era muy delgada como para poderlo causar.
Por fin se reveló la identidad de nuestra captora: una mujer muy corpulenta, bueno obesa ¿para qué mentir?, era negra, llevaba un atuendo como el que mi cocinera usa los domingos para salir, colorido, chillón y brilloso, pero ¿qué esperaban? ¡es una cocinera!
“Así que tú eres Bruna Burboise…” dijo arrogante. “Esperaba que fueras diferente, al menos no tan pequeña e insignificante”.
“Las apariencias engañan, querida. No me subestimes”, contesté retadora.
“Conozco muy bien tu reputación, pero creo que esta vez nada podrás hacer para detenerme”.
Yamal era una hechizera candomblé muy poderosa. Se decía que era una de las mujeres más respetadas dentro del culto. Usaba su magia para ejercer poder sobre los seguidores del mismo. Su misión consistía en lograr que Brasil recobrara su espiritualidad, pues los habitantes se habían vuelto superficiales y los orixás estaban molestos por las agresiones que sufría su tierra. WTF?? ¿Qué diablos le importa a la negra esta? ¡Que se vaya a la selva a ser espiritual y no salga de ahí y a nosotros nos deje Brasil tal y como está!
En fin, su plan era atacar en una concentración de gente de gran proporción y había elegido el Carnaval de Río como el lugar idóneo para lograr su cometido. Durante la fiesta, usaría su magia para provocar que los asistentes cayeran en un trance y no tuvieran la posibilidad de salir del mismo.
Miss Jinx estaba preocupada pues no sabía qué haríamos para zafarnos. Con magia y hechizería nunca habíamos lidiado y parecía que de esta de plano no saldríamos.
Decidí fingir rendición y decir a Yamal que me uniría a su causa pues era demasiado poderosa para mí. La muy tonta me creyó y dijo que me usaría de carnada, o sea, me convertiría en la Reina del Carnaval. ¡Wow! Aun en la situación en la que estábamos nos emocionaba muchísimo bailar samba por toda la ciudad en trajes chiquititos y siendo adoradas por toda la concurrencia. Eso sí, antes de que nada sucediera puse algunas condiciones:
“Sandunga, chula, nada más te voy a encargar que los trajes que me consigas, no revelen mucho, porque soy sexy, no vulgar como tú, ¿si captas la diferencia? Clase vs. Vulgaridad. Yo con clase, tu vulgar. ¿Clarísimo verdad? Ahhh y en colores vivos que son los que me van mejor. Y para Miss Jinx lo mismo. Anda pues, do your magic, hun”.
Volteé con Miss Jinx y le dije: “Qué bonito es esto de tener gatas que siempre tomen en cuenta tus gustos y peticiones, ¿verdad amiga?
Sandunga me miró con odio pero sabía que no podía hacerme daño o su plan se vería arruinado y Yamal la mataría.
Para cuando llegamos a Río, ya comenzaba a peparar la estrategia de contra ataque. ¿Yamal quería magia? ¡Pues recibiría magia!
La maldita negra cucha no sabía que no solo estaba entrenada en artes marciales y técnicas de combate sofisticadísimas, sino que además, poseía un network de colaboradores a mi servicio, así que hice contacto con alguien que seguramente me podría ayudar a contrarestar la magia de Yamal, alguien que además le daría una patada en el trasero a la mexicana a la gorda brasileña: ¡¡un chamán de Catemaco!!
Si, yo se que es de gente feísima eso de creer en los brujos de Catemaco, pero la verdad es que Bernabé era muy respetado en esa localidad y confío 100% en mi nana, que fue quien me lo presentó. Así que hice contacto mental con él y le expliqué la situación y lo que necesitaría.
Nos llevaron a un dressing room en el Sambodromo, un lugar espantoso, hacía muchísimo calor y el espacio era muy pequeño. Miles de brasileñas literalmente desnudas se paseaban frente a nuestros ojos y Miss Jinx y yo, que somos pudorosísimas, solo nos tapábamos los ojos para no estar viendo tal espectáculo.
Casi me voy de espaldas cuando vi mi traje para el carnaval: ¡la perra de Sandunga me había conseguido un traje de conchera del Zocalo! Incluía un tocado en forma de cabeza de águila y penacho de plumas de pajaro horrible y todo; un taparrabos lleno de lentejuelas y chakiras en color azul chillón. Y si yo esperaba tacocones bellísimos, esta mugrienta negra me trajo unos huaraches que me rehusaba a usar. Y del de Miss Jinx mejor ni hablamos.
¡Pero para perras…dragonas! Cuando Sandunga se fue del cuarto, inmediatamente saqué de mi compartimento secreto un kit profesional de costura. Unos arreglitos por aquí, unos por acá y los horripilantes atuendos quedaron convertidos en trajes de alta costura que ya quisieran Pineda y Covalín algún día confeccionar. Nos robamos unos tacones y ya estábamos listas. Nuestro look no podía ser más adecuado: eramos sexy chamanas de Catemaco.
Cuando Sandunga nos vio, no pudo sino hacer una mueca silenciosa de coraje.
“Ay reina, ¿a poco creíste que me harías pasar un ridículo? Si estamos prisioneras, pero no somos tarugas.”
Sandunga nos condujo a nuestro coche alegórico, que era manejado por ella y Yamal y se detendría en el centro de Río para soltar el hechizo. Bernabé me había dado instrucciones precisas sobre qué hacer para detener a Yamal. Miss Jinx estaba lista debajo del podium donde me habían subido para comenzar el Carnaval.
La música comenzó y yo empecé a bailar. Saludé a la gente que me veía con mucha admiración y yo sin dejar de sonreír como Miss Universo y entredientes: “¡Hola gente fea! ¡Aca ni me entienden, pero los estoy insultando! ¿Quién se quiere ir a mi casa en México a trabajar en el servicio? ¡Los quiero aunque estén feos!”
Al llegar al centro de Río, Yamal salió del camión y se subió al cofre. La música se detuvo. Comenzó a decir una serie de oraciones que nadie entendía. El cielo se comenzó a nublar y sus ojos se pusieron en blanco. Comenzó a temblar como poseída.
Ese era el momento. Miss Jinx me dio mis herramientas de trabajo y me catapultó hacia Yamal. Volé por los aires como un águila, con mucha gracia, sorprendiendo a todos. Aterricé en el turbante de Yamal y usé mis ramitas de pirul para hacer una especie de limpia diciendole: “Fuera chamuco, fuera”. Me sentía ridícula porque no se si de verdad la gente cree en estas cosas, pero a mí me parecen una tomada de pelo.
Miss Jinx se encargó de Sandunga poniéndole la peor golpiza que la he visto dar. La pobre Sandunga quedó de tapete en las calles de Río.
Como eso no fue suficiente porque la goda ni siquiera se inmutó, tuve que recurrir a una medida más extrema.
“Orale gorda, regresate a adornar las cajas de hot cakes, ¡naca!” y en ese momento clavé una pluma de mi penacho. Una pluma bendecida por los ancestros de Bernabé que fue a parar directamente a su corazón. Yamal perdió fuerza y se desvaneció muerta. Algo salió de su boca.
Cuando creí que todo estaba terminado y comenzaba a bailar samba, aquello que salió de la boca de Yamal cobró vida.
Al voltear, vi que era Bo-Bo. ¡El verdadero autor de todo era Bo-Bo que había poseído a Yamal! Quedé petrificada al verlo, lo que se removió dentro de mí fue tan fuerte que no pude hacer nada para detenerlo.
Bo-Bo continuó haciendo lo que Yamal comenzó. El cielo se oscureció, el viento sopló fortísimo y del cielo cayó una luz que cubrió toda la ciudad. Todo fue en cámara lenta y Bo-Bo logró su cometido sin que yo pudiera hacer nada. La gente cayó en un estado de letargo y nada volvió a ser igual.
Bo-Bo volteó hacia mí y el brillo de sus ojos me siguió hipnotizando, se acercó y me dijo las palabras más dulces que alguien me había dicho al oído. Su amor me envolvió y me hizo sentir amada por primera vez en mi corta vida. Pensé que nada podría separarme de él de nuevo y que sería feliz por siempre. Pero en realidad me rompió el corazón y con su magia me derrumbó.
No recuerdo nada más…No se dónde estoy…Todo es oscuridad…No se si volveré…¿Papá, eres tú?
“Sandunga, reina, ¿nos veniste a rescatar?, pregunté ansiosa.
“No”
“Ok, darling, entonces ¿me puedes explicar qué está pasando? Y no quiero que titubees, porque estoy atada, pero no soy ninguna tonta y no me quieres ver enojada”.
“En un momento sabrás de qué se trata todo esto…”, respondió.
El estruendo en la selva no era causado por Sandunga, ni siquiera era posible pues era muy delgada como para poderlo causar.
Por fin se reveló la identidad de nuestra captora: una mujer muy corpulenta, bueno obesa ¿para qué mentir?, era negra, llevaba un atuendo como el que mi cocinera usa los domingos para salir, colorido, chillón y brilloso, pero ¿qué esperaban? ¡es una cocinera!
“Así que tú eres Bruna Burboise…” dijo arrogante. “Esperaba que fueras diferente, al menos no tan pequeña e insignificante”.
“Las apariencias engañan, querida. No me subestimes”, contesté retadora.
“Conozco muy bien tu reputación, pero creo que esta vez nada podrás hacer para detenerme”.
Yamal era una hechizera candomblé muy poderosa. Se decía que era una de las mujeres más respetadas dentro del culto. Usaba su magia para ejercer poder sobre los seguidores del mismo. Su misión consistía en lograr que Brasil recobrara su espiritualidad, pues los habitantes se habían vuelto superficiales y los orixás estaban molestos por las agresiones que sufría su tierra. WTF?? ¿Qué diablos le importa a la negra esta? ¡Que se vaya a la selva a ser espiritual y no salga de ahí y a nosotros nos deje Brasil tal y como está!
En fin, su plan era atacar en una concentración de gente de gran proporción y había elegido el Carnaval de Río como el lugar idóneo para lograr su cometido. Durante la fiesta, usaría su magia para provocar que los asistentes cayeran en un trance y no tuvieran la posibilidad de salir del mismo.
Miss Jinx estaba preocupada pues no sabía qué haríamos para zafarnos. Con magia y hechizería nunca habíamos lidiado y parecía que de esta de plano no saldríamos.
Decidí fingir rendición y decir a Yamal que me uniría a su causa pues era demasiado poderosa para mí. La muy tonta me creyó y dijo que me usaría de carnada, o sea, me convertiría en la Reina del Carnaval. ¡Wow! Aun en la situación en la que estábamos nos emocionaba muchísimo bailar samba por toda la ciudad en trajes chiquititos y siendo adoradas por toda la concurrencia. Eso sí, antes de que nada sucediera puse algunas condiciones:
“Sandunga, chula, nada más te voy a encargar que los trajes que me consigas, no revelen mucho, porque soy sexy, no vulgar como tú, ¿si captas la diferencia? Clase vs. Vulgaridad. Yo con clase, tu vulgar. ¿Clarísimo verdad? Ahhh y en colores vivos que son los que me van mejor. Y para Miss Jinx lo mismo. Anda pues, do your magic, hun”.
Volteé con Miss Jinx y le dije: “Qué bonito es esto de tener gatas que siempre tomen en cuenta tus gustos y peticiones, ¿verdad amiga?
Sandunga me miró con odio pero sabía que no podía hacerme daño o su plan se vería arruinado y Yamal la mataría.
Para cuando llegamos a Río, ya comenzaba a peparar la estrategia de contra ataque. ¿Yamal quería magia? ¡Pues recibiría magia!
La maldita negra cucha no sabía que no solo estaba entrenada en artes marciales y técnicas de combate sofisticadísimas, sino que además, poseía un network de colaboradores a mi servicio, así que hice contacto con alguien que seguramente me podría ayudar a contrarestar la magia de Yamal, alguien que además le daría una patada en el trasero a la mexicana a la gorda brasileña: ¡¡un chamán de Catemaco!!
Si, yo se que es de gente feísima eso de creer en los brujos de Catemaco, pero la verdad es que Bernabé era muy respetado en esa localidad y confío 100% en mi nana, que fue quien me lo presentó. Así que hice contacto mental con él y le expliqué la situación y lo que necesitaría.
Nos llevaron a un dressing room en el Sambodromo, un lugar espantoso, hacía muchísimo calor y el espacio era muy pequeño. Miles de brasileñas literalmente desnudas se paseaban frente a nuestros ojos y Miss Jinx y yo, que somos pudorosísimas, solo nos tapábamos los ojos para no estar viendo tal espectáculo.
Casi me voy de espaldas cuando vi mi traje para el carnaval: ¡la perra de Sandunga me había conseguido un traje de conchera del Zocalo! Incluía un tocado en forma de cabeza de águila y penacho de plumas de pajaro horrible y todo; un taparrabos lleno de lentejuelas y chakiras en color azul chillón. Y si yo esperaba tacocones bellísimos, esta mugrienta negra me trajo unos huaraches que me rehusaba a usar. Y del de Miss Jinx mejor ni hablamos.
¡Pero para perras…dragonas! Cuando Sandunga se fue del cuarto, inmediatamente saqué de mi compartimento secreto un kit profesional de costura. Unos arreglitos por aquí, unos por acá y los horripilantes atuendos quedaron convertidos en trajes de alta costura que ya quisieran Pineda y Covalín algún día confeccionar. Nos robamos unos tacones y ya estábamos listas. Nuestro look no podía ser más adecuado: eramos sexy chamanas de Catemaco.
Cuando Sandunga nos vio, no pudo sino hacer una mueca silenciosa de coraje.
“Ay reina, ¿a poco creíste que me harías pasar un ridículo? Si estamos prisioneras, pero no somos tarugas.”
Sandunga nos condujo a nuestro coche alegórico, que era manejado por ella y Yamal y se detendría en el centro de Río para soltar el hechizo. Bernabé me había dado instrucciones precisas sobre qué hacer para detener a Yamal. Miss Jinx estaba lista debajo del podium donde me habían subido para comenzar el Carnaval.
La música comenzó y yo empecé a bailar. Saludé a la gente que me veía con mucha admiración y yo sin dejar de sonreír como Miss Universo y entredientes: “¡Hola gente fea! ¡Aca ni me entienden, pero los estoy insultando! ¿Quién se quiere ir a mi casa en México a trabajar en el servicio? ¡Los quiero aunque estén feos!”
Al llegar al centro de Río, Yamal salió del camión y se subió al cofre. La música se detuvo. Comenzó a decir una serie de oraciones que nadie entendía. El cielo se comenzó a nublar y sus ojos se pusieron en blanco. Comenzó a temblar como poseída.
Ese era el momento. Miss Jinx me dio mis herramientas de trabajo y me catapultó hacia Yamal. Volé por los aires como un águila, con mucha gracia, sorprendiendo a todos. Aterricé en el turbante de Yamal y usé mis ramitas de pirul para hacer una especie de limpia diciendole: “Fuera chamuco, fuera”. Me sentía ridícula porque no se si de verdad la gente cree en estas cosas, pero a mí me parecen una tomada de pelo.
Miss Jinx se encargó de Sandunga poniéndole la peor golpiza que la he visto dar. La pobre Sandunga quedó de tapete en las calles de Río.
Como eso no fue suficiente porque la goda ni siquiera se inmutó, tuve que recurrir a una medida más extrema.
“Orale gorda, regresate a adornar las cajas de hot cakes, ¡naca!” y en ese momento clavé una pluma de mi penacho. Una pluma bendecida por los ancestros de Bernabé que fue a parar directamente a su corazón. Yamal perdió fuerza y se desvaneció muerta. Algo salió de su boca.
Cuando creí que todo estaba terminado y comenzaba a bailar samba, aquello que salió de la boca de Yamal cobró vida.
Al voltear, vi que era Bo-Bo. ¡El verdadero autor de todo era Bo-Bo que había poseído a Yamal! Quedé petrificada al verlo, lo que se removió dentro de mí fue tan fuerte que no pude hacer nada para detenerlo.
Bo-Bo continuó haciendo lo que Yamal comenzó. El cielo se oscureció, el viento sopló fortísimo y del cielo cayó una luz que cubrió toda la ciudad. Todo fue en cámara lenta y Bo-Bo logró su cometido sin que yo pudiera hacer nada. La gente cayó en un estado de letargo y nada volvió a ser igual.
Bo-Bo volteó hacia mí y el brillo de sus ojos me siguió hipnotizando, se acercó y me dijo las palabras más dulces que alguien me había dicho al oído. Su amor me envolvió y me hizo sentir amada por primera vez en mi corta vida. Pensé que nada podría separarme de él de nuevo y que sería feliz por siempre. Pero en realidad me rompió el corazón y con su magia me derrumbó.
No recuerdo nada más…No se dónde estoy…Todo es oscuridad…No se si volveré…¿Papá, eres tú?
5 Comments:
OMG! Bruna se enfrenta a la brujería!!!
ya valió! :S
Bailes exoticos, witchcraft, atuendos de sirvienta y finalmente amnesia?!?!?! Que sucede!?!?!
Que pasara en el proximo espisodio?!?!?! Can't Wait!!!
oh no! esto cada vez se vuelve más rudo!!! pero sabemos que tu siempre puedes!!! saludos a la perrita más perra!!!
Oh no!! Bo-Bo Reloaded?? Estoy ansiosa de ver que sigue!! Tu.. Fabulosa como siempre! Saludos!
brujo...
Publicar un comentario
<< Home