Capitulo 7: The End is the Beginning is the End (Parte 1)
Lo que hoy comienzo a contar es mi historia; la más brutal, cruda, alucinante y absurda que leerán en este espacio. Seguramente creerán que todo esto es una fantasía. Ojalá hubiera sido así. En algunas líneas notarán cierto dejo de dolor y amargura en mis palabras, pero hoy por primera vez me atrevo a contar la historia que me ha marcado de por vida (OMG! I’m such a drama queen!!).
Todo comenzó cuando yo era apenas una dulce cachorrita y vivía descansando en mi casa, con mis uñas siempre en perfecto estado, barnizadas y con un colorete rosa brillante. Mi pelo siempre reluciente, con olor a frutas exóticas, vistiendo las mejores ropas y llevando en el collar de mi cuello joyas carísimas, después de todo siempre he merecido eso y más. Mi vida entonces era envidiable.
Recibía ocasionalmente a Miss Jinx, pero la verdad no fueron muchas, pues me aburría terriblemente, siempre quería hablar de tintes de pelo y cortes de moda, además de que de repente se quedaba dormida sin explicación alguna. Tenía que tirarla por las escaleras para que despertara y una vez que lo hacía, retomaba su imparable word vomit, hasta que me hartaba y la sacaba con cualquier pretexto de mi casa…¡me encantaban las visitas! Y bueno back to my fashion magazines over and over.
La historia de mi familia es complicada y no pretendo aburrirlos con esta. Al final todas las familias tienen sus propias historias llenas de secretos, traiciones, hipocresías y mentiras. Pero hay un detalle que siempre me llamó la atención y fue la ausencia de mi padre. Lo veía ocasionalmente porque solo estaba de viaje y cuando regresaba, siempre me traía de regalo todo lo relacionado con artes marciales antiguas, videos de películas donde lo más representativo era el lujo de violencia con que eran contadas, armas de destrucción masiva, etc (c’mon!! I was a little girl!).
Siempre me pareció curioso que mi padre me conociera tan poco, pues en lo que más invertía mi tiempo era en leer sobre moda, celebridades, diseñadores y….mis discos de MO! Con el paso del tiempo, fui descubriendo que mi padre me conocía más de lo que yo hubiera creído…
Pero después de todo, mi papá siempre fue para mí un extraño, aunque eso si, nunca dejó de ser cariñoso conmigo a pesar de todo ese misterio que lo envolvía. Recibía llamadas extrañas, donde al parecer hablaba en código, sólo salía de noche y en el día estaba todo el tiempo en su estudio, al que por cierto, nunca me fue permitido entrar.
Un día mi padre desapareció y jamás volví a saber de él. Cuando preguntaba en casa sobre él, siempre recibía respuestas esquivas y sin sentido. Escribía cartas esperando algún día su regreso. Lo más irónico de todo es que lo extrañaba, aun siendo su presencia tan vaga, tan ajena a mí. Poco a poco su recuerdo se fue desvaneciendo de mi memoria, se volvió muy difuso.
El día que cumplí 15 años algo sucedió. Toda mi familia decidió que era buena idea hacerme una fiesta de cumpleaños. Imaginen esto: una fiesta de XV años, no a la usanza antigua bendito Dios, pero aun así siempre creí que esas cosas sólo las hacía la gente, mmm digamos…sin buen gusto.
En fin, el alboroto que había causado mi festejo era de no creerse. Mi Tía Mika Fangoria pasó 3 semanas escogiendo su outfit. Primero sería Mariah en “Loverboy” con el micro cat suit rosa y patines; después decidió probar con J.Lo en “Play” (remember the big hair and the ugly dress?); pasó también por el cuasi outfit de Britney en “Toxic”, claro en lugar de joyas, las incrustaciones eran de bisutería barata y obviamente se le veía muuuuuuy mal y terminó ataviada con un sari hindú cubierto por capa negra con brillos como si fueran estrellas y cosas doradas pegadas en la frente de Madonna en ciertos Grammys.
La Princesa Manuelupe era la encargada del postre, así que muy a su estilo decidió mandar a hacer un pastel de 4 pisos, envinado con el licor más cheap que encontraron, con merengue de colores por todos lados, capullos de flores hechos de bombones, y una muy mala escultura mía en la punta, pero la cereza en el pastel, fue la dedicatoria: “Felicidades mija, ya eres toda una señorita” escrito al parecer por un niño con retraso mental! Me quería morir!!!!! ¿Qué dirían todas mis amigas si vieran semejante falta de gusto dentro de mi propia familia?
Y claro, toda la escena se empeoraba con el outfit de la Princesa, también muy a su estilo: Un traje completo con el cleveage más pronunciado que había visto en mi vida, de esos que no dejan nada, pero nada a la imaginación aderezado con un colguije horroroso que según ella había traído de Oriente. Cuando la ví llegar contoneando sus enormes caderas, no pude mas que musitar un pequeño suspiro de sorpresa: “¿Qué diablos le pasa a esta? Nadie le indicó el dress code? De quién cree que es la fiesta, de Frida Comegrietas?”
Pasado el bochorno después de la llegada de la Princesa Manuelupe (por cierto, nunca he sabido de qué país europeo es realeza, si es que lo es, claro), lo peor estaba por venir y es que aunque ya estaban ahí El Buen Hobbit, La Chica LV y demás personalidades de este espacio, mi abuela Molly no había llegado… y a decir verdad, me moría de miedo de que llegara, al final simpática o no, era solo una borracha.
Mi dulce abuela llegó. Como siempre acompañada por Tom Boy, su guardaespaldas, crypt keeper, chofer y confidente. She’s hiddeous, pero bueno, hay que entender que la pobre no tiene vida y después de querer chichifearse un puesto de quesadillas sin éxito, lo único que le quedó es ser parte del entourage de mi abuela Molly.
Debo confesar que al final no fue tan malo, mi abuela llegó solo chapeada, eso era señal de que traía unas cuántas copas encima, todavía no se le desorbitaban los ojos y podía caminar medio derecha. Su única gracia esa noche fue echarle 3 botellas de whisky al ponche sin alcohol que habían preparado, causando que más de dos de mis amiguitas se emborracharan, perdieran la conciencia (y de paso la virginidad) y terminaran vomitándole en los pies a Mika Fangoria y Manuelupe en una de sus acaloradas discusiones por saber quién es la más popular. Yo aun sin gota de alcohol, las hubiera vomitado como statement.
La fiesta parecía salir de control, DJ Reinito solo ponía canciones viejas que solo la concurrencia de edad se sabía y cuando pedía algo así moderno y chic como MO el DJ no sabía ni qué era, lo más actual que llegó a poner fue una canción noventera y naca de coreografía que decía cosas de una tal “Macarena” y que Manuelupe se esforzaba en bailar con ritmo mientras Mika Fangoria se reía a sus espaldas y cada que decían “Macarena”, mi abuelita Molly tomaba un trago de su gran copa de whisky.
Yo estaba de muy mal humor porque mi predicción había sido cierta: este tipo de fiestas siempre terminan así, cada quien haciendo lo que normalmente no hace en un ambiente de mal gusto permitido. Cuando iba de camino a la puerta para salir a la calle y escapar de aquella debacle, sentí que estaba a punto de suceder algo que cambiaría la noche radicalmente. Y así fue…
La puerta del lugar se abrió, había hielo seco (si, hielo seco, leíste bien) y una silueta de mujer que solo podía ser vista a contraluz, detenida, esperando su señal para revelar su identidad. Yo estaba quieta, parada en medio del salón esperando a ver cuál de las amigas de mis papás sería la siguiente en mostrar su extravagancia a tope.
De pronto se prenden las luces y la mujer en cuestión comienza a moverse, cuando pude ver su rostro, traté de recordarla pero no me era familiar. “Quién diablos es esta teibolera? No es ni Ninel Conde, ni Maribel Guardia, ni Paty Vulgaridad, ni ninguna otra de esas artistuchas”.
A pesar de la pinta de la mujer, que ya había comenzado su número musical y tenía a toda la concurrencia aplaudiendo y cantando con ella un cover de “Bandido”, me sentí extrañamente impresionada por ella. Había algo en su cara que me parecía familiar, había algo en ella que me hacía admirarla.
Cuando terminó su canción, se acercó a mí y dijo:
“Tú no me conoces mi reina santa, pero yo soy tu tía, hermana de tu papá y como nadie me invitó, yo decidí venir a festejarte con todo mi show de luces y bailarines.”
En ese momento todo tuvo sentido, ¡su cara me parecía conocida porque era hermana de mi papá! Cuando me abrazó sentí una energía muy especial entre ella y yo, sentí como si la conociera de toda la vida y jamás la había visto.
“¿Por qué no te conocía? ¿Por qué nunca me habían hablado de ti?”, pregunté ansiosa.
-“Mira mamita preciosa, hay cosas que poco a poco te iré contando, pero de entrada te puedo decir que una artista tan famosa como yo, siempre tiene muchos compromisos. Soy la Reina del Palenque, ni más ni menos. Así que siempre estoy viajando y presentando mi show por todo el mundo. Soy famosa en lugares que ni te imaginas, me ven como un objeto de culto, soy un símbolo sexual….una leyenda.”
Mientras la autonombrada Reina del Palenque me decía eso, yo no podía dejar de ver la pestaña Pixie que se le estaba despegando del ojo izquierdo y que claramente ella ni sentía. Pensaba en lo bizarro que era el momento, porque me estaba enterando después de 15 años de vida que tenía una tía reina grupera (con look entre teibolera y vestida, pero shhhh), hermana de mi papá y posible vehículo para poder encontrarlo o al menos saber de él.
“¿Cómo te llamas?”
“Mi nombre artístico es Miss Tranny Q, La Reina del Palenque, y soy precursora de Niruka y todas las que le siguieron”.
Yo en ese momento pensaba “¿quién diablos es Niurka?¿Esto es real?”
“Pero no me mires así muñeca preciosa, no soy ninguna loca. Se que estás impactada con mi belleza y mi talento, pero entiéndeme, quise venir a felicitarte pues eres lo único que me queda”, dijo conmovida.
“¿Cómo que lo único que te queda? ¿Y mi papá?”
“Ay mi reina, no se cómo decirte esto, pero de tu papá hace mucho que no se nada, es como si se lo hubiera tragado la tierra. Lo hemos buscado hasta el cansancio, pero desde hace algunos años me resigné a la idea de que probablemente esté muerto.”
Solo sentí una lagrima correr por mi mejillita y después no supe nada más…
Todo comenzó cuando yo era apenas una dulce cachorrita y vivía descansando en mi casa, con mis uñas siempre en perfecto estado, barnizadas y con un colorete rosa brillante. Mi pelo siempre reluciente, con olor a frutas exóticas, vistiendo las mejores ropas y llevando en el collar de mi cuello joyas carísimas, después de todo siempre he merecido eso y más. Mi vida entonces era envidiable.
Recibía ocasionalmente a Miss Jinx, pero la verdad no fueron muchas, pues me aburría terriblemente, siempre quería hablar de tintes de pelo y cortes de moda, además de que de repente se quedaba dormida sin explicación alguna. Tenía que tirarla por las escaleras para que despertara y una vez que lo hacía, retomaba su imparable word vomit, hasta que me hartaba y la sacaba con cualquier pretexto de mi casa…¡me encantaban las visitas! Y bueno back to my fashion magazines over and over.
La historia de mi familia es complicada y no pretendo aburrirlos con esta. Al final todas las familias tienen sus propias historias llenas de secretos, traiciones, hipocresías y mentiras. Pero hay un detalle que siempre me llamó la atención y fue la ausencia de mi padre. Lo veía ocasionalmente porque solo estaba de viaje y cuando regresaba, siempre me traía de regalo todo lo relacionado con artes marciales antiguas, videos de películas donde lo más representativo era el lujo de violencia con que eran contadas, armas de destrucción masiva, etc (c’mon!! I was a little girl!).
Siempre me pareció curioso que mi padre me conociera tan poco, pues en lo que más invertía mi tiempo era en leer sobre moda, celebridades, diseñadores y….mis discos de MO! Con el paso del tiempo, fui descubriendo que mi padre me conocía más de lo que yo hubiera creído…
Pero después de todo, mi papá siempre fue para mí un extraño, aunque eso si, nunca dejó de ser cariñoso conmigo a pesar de todo ese misterio que lo envolvía. Recibía llamadas extrañas, donde al parecer hablaba en código, sólo salía de noche y en el día estaba todo el tiempo en su estudio, al que por cierto, nunca me fue permitido entrar.
Un día mi padre desapareció y jamás volví a saber de él. Cuando preguntaba en casa sobre él, siempre recibía respuestas esquivas y sin sentido. Escribía cartas esperando algún día su regreso. Lo más irónico de todo es que lo extrañaba, aun siendo su presencia tan vaga, tan ajena a mí. Poco a poco su recuerdo se fue desvaneciendo de mi memoria, se volvió muy difuso.
El día que cumplí 15 años algo sucedió. Toda mi familia decidió que era buena idea hacerme una fiesta de cumpleaños. Imaginen esto: una fiesta de XV años, no a la usanza antigua bendito Dios, pero aun así siempre creí que esas cosas sólo las hacía la gente, mmm digamos…sin buen gusto.
En fin, el alboroto que había causado mi festejo era de no creerse. Mi Tía Mika Fangoria pasó 3 semanas escogiendo su outfit. Primero sería Mariah en “Loverboy” con el micro cat suit rosa y patines; después decidió probar con J.Lo en “Play” (remember the big hair and the ugly dress?); pasó también por el cuasi outfit de Britney en “Toxic”, claro en lugar de joyas, las incrustaciones eran de bisutería barata y obviamente se le veía muuuuuuy mal y terminó ataviada con un sari hindú cubierto por capa negra con brillos como si fueran estrellas y cosas doradas pegadas en la frente de Madonna en ciertos Grammys.
La Princesa Manuelupe era la encargada del postre, así que muy a su estilo decidió mandar a hacer un pastel de 4 pisos, envinado con el licor más cheap que encontraron, con merengue de colores por todos lados, capullos de flores hechos de bombones, y una muy mala escultura mía en la punta, pero la cereza en el pastel, fue la dedicatoria: “Felicidades mija, ya eres toda una señorita” escrito al parecer por un niño con retraso mental! Me quería morir!!!!! ¿Qué dirían todas mis amigas si vieran semejante falta de gusto dentro de mi propia familia?
Y claro, toda la escena se empeoraba con el outfit de la Princesa, también muy a su estilo: Un traje completo con el cleveage más pronunciado que había visto en mi vida, de esos que no dejan nada, pero nada a la imaginación aderezado con un colguije horroroso que según ella había traído de Oriente. Cuando la ví llegar contoneando sus enormes caderas, no pude mas que musitar un pequeño suspiro de sorpresa: “¿Qué diablos le pasa a esta? Nadie le indicó el dress code? De quién cree que es la fiesta, de Frida Comegrietas?”
Pasado el bochorno después de la llegada de la Princesa Manuelupe (por cierto, nunca he sabido de qué país europeo es realeza, si es que lo es, claro), lo peor estaba por venir y es que aunque ya estaban ahí El Buen Hobbit, La Chica LV y demás personalidades de este espacio, mi abuela Molly no había llegado… y a decir verdad, me moría de miedo de que llegara, al final simpática o no, era solo una borracha.
Mi dulce abuela llegó. Como siempre acompañada por Tom Boy, su guardaespaldas, crypt keeper, chofer y confidente. She’s hiddeous, pero bueno, hay que entender que la pobre no tiene vida y después de querer chichifearse un puesto de quesadillas sin éxito, lo único que le quedó es ser parte del entourage de mi abuela Molly.
Debo confesar que al final no fue tan malo, mi abuela llegó solo chapeada, eso era señal de que traía unas cuántas copas encima, todavía no se le desorbitaban los ojos y podía caminar medio derecha. Su única gracia esa noche fue echarle 3 botellas de whisky al ponche sin alcohol que habían preparado, causando que más de dos de mis amiguitas se emborracharan, perdieran la conciencia (y de paso la virginidad) y terminaran vomitándole en los pies a Mika Fangoria y Manuelupe en una de sus acaloradas discusiones por saber quién es la más popular. Yo aun sin gota de alcohol, las hubiera vomitado como statement.
La fiesta parecía salir de control, DJ Reinito solo ponía canciones viejas que solo la concurrencia de edad se sabía y cuando pedía algo así moderno y chic como MO el DJ no sabía ni qué era, lo más actual que llegó a poner fue una canción noventera y naca de coreografía que decía cosas de una tal “Macarena” y que Manuelupe se esforzaba en bailar con ritmo mientras Mika Fangoria se reía a sus espaldas y cada que decían “Macarena”, mi abuelita Molly tomaba un trago de su gran copa de whisky.
Yo estaba de muy mal humor porque mi predicción había sido cierta: este tipo de fiestas siempre terminan así, cada quien haciendo lo que normalmente no hace en un ambiente de mal gusto permitido. Cuando iba de camino a la puerta para salir a la calle y escapar de aquella debacle, sentí que estaba a punto de suceder algo que cambiaría la noche radicalmente. Y así fue…
La puerta del lugar se abrió, había hielo seco (si, hielo seco, leíste bien) y una silueta de mujer que solo podía ser vista a contraluz, detenida, esperando su señal para revelar su identidad. Yo estaba quieta, parada en medio del salón esperando a ver cuál de las amigas de mis papás sería la siguiente en mostrar su extravagancia a tope.
De pronto se prenden las luces y la mujer en cuestión comienza a moverse, cuando pude ver su rostro, traté de recordarla pero no me era familiar. “Quién diablos es esta teibolera? No es ni Ninel Conde, ni Maribel Guardia, ni Paty Vulgaridad, ni ninguna otra de esas artistuchas”.
A pesar de la pinta de la mujer, que ya había comenzado su número musical y tenía a toda la concurrencia aplaudiendo y cantando con ella un cover de “Bandido”, me sentí extrañamente impresionada por ella. Había algo en su cara que me parecía familiar, había algo en ella que me hacía admirarla.
Cuando terminó su canción, se acercó a mí y dijo:
“Tú no me conoces mi reina santa, pero yo soy tu tía, hermana de tu papá y como nadie me invitó, yo decidí venir a festejarte con todo mi show de luces y bailarines.”
En ese momento todo tuvo sentido, ¡su cara me parecía conocida porque era hermana de mi papá! Cuando me abrazó sentí una energía muy especial entre ella y yo, sentí como si la conociera de toda la vida y jamás la había visto.
“¿Por qué no te conocía? ¿Por qué nunca me habían hablado de ti?”, pregunté ansiosa.
-“Mira mamita preciosa, hay cosas que poco a poco te iré contando, pero de entrada te puedo decir que una artista tan famosa como yo, siempre tiene muchos compromisos. Soy la Reina del Palenque, ni más ni menos. Así que siempre estoy viajando y presentando mi show por todo el mundo. Soy famosa en lugares que ni te imaginas, me ven como un objeto de culto, soy un símbolo sexual….una leyenda.”
Mientras la autonombrada Reina del Palenque me decía eso, yo no podía dejar de ver la pestaña Pixie que se le estaba despegando del ojo izquierdo y que claramente ella ni sentía. Pensaba en lo bizarro que era el momento, porque me estaba enterando después de 15 años de vida que tenía una tía reina grupera (con look entre teibolera y vestida, pero shhhh), hermana de mi papá y posible vehículo para poder encontrarlo o al menos saber de él.
“¿Cómo te llamas?”
“Mi nombre artístico es Miss Tranny Q, La Reina del Palenque, y soy precursora de Niruka y todas las que le siguieron”.
Yo en ese momento pensaba “¿quién diablos es Niurka?¿Esto es real?”
“Pero no me mires así muñeca preciosa, no soy ninguna loca. Se que estás impactada con mi belleza y mi talento, pero entiéndeme, quise venir a felicitarte pues eres lo único que me queda”, dijo conmovida.
“¿Cómo que lo único que te queda? ¿Y mi papá?”
“Ay mi reina, no se cómo decirte esto, pero de tu papá hace mucho que no se nada, es como si se lo hubiera tragado la tierra. Lo hemos buscado hasta el cansancio, pero desde hace algunos años me resigné a la idea de que probablemente esté muerto.”
Solo sentí una lagrima correr por mi mejillita y después no supe nada más…
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