Capítulo 4: Bruna contra la Patinadora (y un Hobbit detrás)-- Parte 2
Una vez noqueado el hombrecillo del buen pedicure, le tiré un poco de agua de una pequeña jarra a Miss Jinx para que reaccionara y me ayudara a registrar la habitación. La muy tonta pensaba que tenía la peor hangover de fin de año y se puso a cantar como loca por todo el cuarto: "Happy New Year", "Happy 1999", "One more 4 the millennium", así que tuve que ponerme drástica y aventarle una taza para que reaccionara y otra vez cayo inconsciente al piso, de cualquier forma fue mejor, a veces me ayuda mucho más que no me estorbe.
En fin, después de hurgar entre maletas, cajones, clósets y guardar unos chocolatitos en mi Birkin bag encontré los primeros indicios de la sospechosa: una cazafortunas cuyo distintivo son sus andanzas en patines (después me enteré que tenía un fetiche con aquello de hacer todo rodando). Encontré un maletín que contenía varias pelucas, todas de distintos largos y colores, licencias de manejo de distintos lugares, en todas ellas ella aparecía con un look muy diferente, lo único que delata su identidad es una marca de juventud en su pómulo derecho que aparece en todas, (darling, el Angel Face no es concealer y es super cheap, gata).
Pero necesitaba más pistas, y en la tina encontré una infame trusita ‘Baby Crazy’ como sucia (no details will be described) que delataba o el fetiche del hobbit (pedófilo!) o de la chica de los patines (no era de su talla) por las tangas. Tomé mis pinzas de pan para agarrar ropa sucia que me regaló mi adorado Carson Kressley, la guarde en una zip lock como evidencia y la puse en mi abrigo, yo instalada en ‘Queer Eye for the Straight Eye’.
Como parte de una coreografía, tanto Miss Jinx como el hobbit salieron de su letargo. Yo, con la urgencia natural de la situación arrastré por la habitación a Miss J antes de que pudiera ladrar nada.
Cortésmente sonreí al hombrecillo y le dejé una de mis tarjetas. Tanto misterio tenía que ser resuelto. Días después recibí su llamada, quedé para unos martinis con él, y como si a mí me interesara, comenzó a explicarme que tenía relativamente poco de conocer a la Patinadora, pero que después de conocerla había quedado perdidamente enamorado de ella, que la conoció en La Alameda comiéndose un elote con mucho chile, que le regaló un nuevo par de patines, bla, bla, bla, yo bostezaba y bostezaba y el tipo no paraba (al parecer su necesidad de ser escuchado y atendido era mayor de lo que me esperaba). De toda la información que me dio, sólo era importante un detalle: el próximo encuentro...una pelea sobre patines.
Inmediatamente telefonee a Miss J quién dormía en el auto roncando al unísono con Rafael (el chofer que me facilita en ocasiones mi Abuela Molly). Se pusieron en acción al instante. Les pedí investigaran toda la información que pudieran conseguir sobre dicha competencia y por supuesto que inscribieran a tres nuevas participantes: mi abuelita Molly, Miss Jinx y yo (tal vez necesitaría apoyo). Tal y como Madonna nos enseñó en ‘Hung Up’ preparamos el outift: uniformes de spandex color magenta, peinados setenteros, escotes, un cinturón de lentejuelas y quedamos listas. Molly necesitó un poco más de tela, pero se veía bien, parecía salida de un casting para el musical ‘Alaska y Dinarama: The Musical Extravaganzza’ (claro en sus peores días). Después de despertar tres veces a Miss Jinx para un breve calentamiento estábamos preparadas. Yo estaba lista para patear traseros y más si eran de mujerzuelas.
Identificamos el objetivo, no he visto peor outift (eso sí era un statement al quintaessential ticky-tacky-trashy look). Pero lo peor estaba por venir, al estarla observando y estudiando, me percaté de un terrible fashion crime, de esos que no suelo perdonarle a nadie: las extensiones de pelo eran horrendas, de tonos diferentes y sintéticas! Sin duda, la Patinadora estaba exterminada. Acordé con el hobbit que no acabaría tres metros bajo tierra (hombres…todos se acobardan a la mera hora!!!), sino que sólo pasaría unos días en el hospital. Lo que él no sabía es que esta perra es muy inteligente, pues fui doblemente contratada. La exuberante Chica LV me pagó el triple para darle una lección a la Patinadora. La idea es que nunca patinara de nuevo. Ya pensaba yo en cómo lograrlo, o rompiéndole las piernas en añicos o sacándole los ojos y dejándola ciega…mmmm ya vería en el momento.
Sonó la señal y la competencia comenzó. En la primera vuelta sólo deje que mis fans vieran mis torneadas piernas y firme algunas playeras. Betty estaba irritada, no toleraba que le robara el spotlight…mordió el anzuelo. Segunda vuelta, comenzó a darme codazos en cada oportunidad, debo confesar que la imbécil tenía un buen derechazo, pero no tan fuerte como para derrumbar mi sed de violencia y venganza, nadie mas que yo puede golpear a Miss Jinx y dejarla con dos chichones verdes que se asomaban de su casco como si fueran los cuernos de Scary Spice en ‘SpiceWorld’.
Me abalancé sobre ella, mi pequeña figurita me permitió un movimiento bajo…¡Toma esto estúpida! ¡Le mordí un tobillo! Rodó por el suelo, sólo bastaban dos caídas más y listo!!!!!
Mi lindo rostro sin una gota de sudor apareció adornando los marcadores, ¡1-0 favor las Perras! Mi abuelita platicaba con una mujer regordeta del otro equipo. Yo pensé ‘Genial!!! Está distrayendo al enemigo’. Cuando me di cuenta que en realidad le pedía un trago de la anforita que traía escondida en el sostén, accioné el interruptor en mi cinturón, cada vez que mi abuelita se saliera del plan, su casco soltaría una descarga eléctrica. Omigod!! Cómo lo gozo, sus ojos saltones se salen más de orbita y su poco pelo se pone punk, jijiji.
Todavía en la segunda vuelta dejé que la Patinadora me golpeara un poco, no me gusta salir tan limpia de ningún trabajo, siento como si no hubiera hecho nada, pero eso si, cuidando que nunca fuera en la cara. Y nada tonta se fue donde estaba la debilidad de mi equipo pues le aventó una croqueta a Miss Jinx fuera de la pista y nos amonestaron, mientras Molly reía mareada. Estaba muy enojada, pero ya no le quise pegar a Miss J, otro chichón y parecería E.T., así que la dejé que durmiera en la banca. Pero la tercera sería vencida.
Después de ir a toda velocidad sobre la pista y esquivar a dos mujerzuelas que alegremente se desgreñaban, fui tras Betty, jajajajaja! Cuatro patines pueden más que dos. Yo la insultaba:
-"Oyeme desgraciada, tu crees que porque salió de una comarca asturiana vas a abusar de su nobleza???? ¡¡¡Se te acabó tu fiesta maldita zorra cazafortunas!!!"
Le jale las horribles extensiones y ¡¡¡ oh sorpresa, era peluca!!! La infeliz estaba pasando por una mala racha económicay era mesera de Vips de día, traía le pelo cortito, oxigenado y con permanente (that explains many, many things). ¡¡¡Cómo disfruto los twists!!!
Furiosa se abalanzó sobre mí, se olvidó por completo que estaba dentro de una competencia. Intentó arrojarme contra las gradas, pero tropezó y cayó por los suelos, me le fui encima, la mordí, rasguñe y golpee todo lo que pude, mis katas y judo chops son lo máximo le rompí toditos los huesos pero alcanzó a reaccionar dándome un fuerte empujón y fui a dar contra los jueces. ¡Noquee a la Zabaleta sin querer jiji! ¡Soy tu fan querida, don’t take it personal!
Con mi dogsuit estropeado (ni loca usaría un catsuit, eso se lo dejo a The Dulls), mi maquillaje corrido, los ojos inyectados de furia y espuma en el hocico fui por el K.O. Corrí con todas mis fuerzas hacia mi abuelita Molly que estaba tirada ebria en la pista, salté sobre su estómago para usarlo de trampolín al provocarle un eructo. Volé por los aires y directo a mi objetivo: la medio muerta Patinadora dejándola literalmente sin poderse mover del golpazo que le metí con mi patita en su estropeado rostro. La maldita no se dejaba de mover, todavía tenía fuerzas, pues aún rendida sobre el piso intentó golpearme, pero Miss Jinx estornudó y la distrajo, momento que aproveché para darle el golpe final con mi casco. Sus ojitos de canica se pusieron en blanco, saco la lengua a lo Molly y quedó inconsciente. Cansada, sangrada y medio cucha posé para las cámaras sosteniendo a mi ebria abuela con una de mis patitas, en la otra Miss Jinx (dormida, naturalmente) y otra sobre la cara de la Patinadora. Un trabajo más completado con éxito, como siempre.
Ya bañada y acicalada en el podium recibí unas rosas por parte de la Chica LV quien dejó una tarjeta con el número de una caja de seguridad y un teléfono. La última vez que cenamos en Ivoire me dijo que tenía otro trabajo para mi. Dijo que se trataba de un asunto tan peliagudo que cuestionaría mi ética profesional. Suena perfecto, otro trabajo perfecto para Bruna Burboise.
En fin, después de hurgar entre maletas, cajones, clósets y guardar unos chocolatitos en mi Birkin bag encontré los primeros indicios de la sospechosa: una cazafortunas cuyo distintivo son sus andanzas en patines (después me enteré que tenía un fetiche con aquello de hacer todo rodando). Encontré un maletín que contenía varias pelucas, todas de distintos largos y colores, licencias de manejo de distintos lugares, en todas ellas ella aparecía con un look muy diferente, lo único que delata su identidad es una marca de juventud en su pómulo derecho que aparece en todas, (darling, el Angel Face no es concealer y es super cheap, gata).
Pero necesitaba más pistas, y en la tina encontré una infame trusita ‘Baby Crazy’ como sucia (no details will be described) que delataba o el fetiche del hobbit (pedófilo!) o de la chica de los patines (no era de su talla) por las tangas. Tomé mis pinzas de pan para agarrar ropa sucia que me regaló mi adorado Carson Kressley, la guarde en una zip lock como evidencia y la puse en mi abrigo, yo instalada en ‘Queer Eye for the Straight Eye’.
Como parte de una coreografía, tanto Miss Jinx como el hobbit salieron de su letargo. Yo, con la urgencia natural de la situación arrastré por la habitación a Miss J antes de que pudiera ladrar nada.
Cortésmente sonreí al hombrecillo y le dejé una de mis tarjetas. Tanto misterio tenía que ser resuelto. Días después recibí su llamada, quedé para unos martinis con él, y como si a mí me interesara, comenzó a explicarme que tenía relativamente poco de conocer a la Patinadora, pero que después de conocerla había quedado perdidamente enamorado de ella, que la conoció en La Alameda comiéndose un elote con mucho chile, que le regaló un nuevo par de patines, bla, bla, bla, yo bostezaba y bostezaba y el tipo no paraba (al parecer su necesidad de ser escuchado y atendido era mayor de lo que me esperaba). De toda la información que me dio, sólo era importante un detalle: el próximo encuentro...una pelea sobre patines.
Inmediatamente telefonee a Miss J quién dormía en el auto roncando al unísono con Rafael (el chofer que me facilita en ocasiones mi Abuela Molly). Se pusieron en acción al instante. Les pedí investigaran toda la información que pudieran conseguir sobre dicha competencia y por supuesto que inscribieran a tres nuevas participantes: mi abuelita Molly, Miss Jinx y yo (tal vez necesitaría apoyo). Tal y como Madonna nos enseñó en ‘Hung Up’ preparamos el outift: uniformes de spandex color magenta, peinados setenteros, escotes, un cinturón de lentejuelas y quedamos listas. Molly necesitó un poco más de tela, pero se veía bien, parecía salida de un casting para el musical ‘Alaska y Dinarama: The Musical Extravaganzza’ (claro en sus peores días). Después de despertar tres veces a Miss Jinx para un breve calentamiento estábamos preparadas. Yo estaba lista para patear traseros y más si eran de mujerzuelas.
Identificamos el objetivo, no he visto peor outift (eso sí era un statement al quintaessential ticky-tacky-trashy look). Pero lo peor estaba por venir, al estarla observando y estudiando, me percaté de un terrible fashion crime, de esos que no suelo perdonarle a nadie: las extensiones de pelo eran horrendas, de tonos diferentes y sintéticas! Sin duda, la Patinadora estaba exterminada. Acordé con el hobbit que no acabaría tres metros bajo tierra (hombres…todos se acobardan a la mera hora!!!), sino que sólo pasaría unos días en el hospital. Lo que él no sabía es que esta perra es muy inteligente, pues fui doblemente contratada. La exuberante Chica LV me pagó el triple para darle una lección a la Patinadora. La idea es que nunca patinara de nuevo. Ya pensaba yo en cómo lograrlo, o rompiéndole las piernas en añicos o sacándole los ojos y dejándola ciega…mmmm ya vería en el momento.
Sonó la señal y la competencia comenzó. En la primera vuelta sólo deje que mis fans vieran mis torneadas piernas y firme algunas playeras. Betty estaba irritada, no toleraba que le robara el spotlight…mordió el anzuelo. Segunda vuelta, comenzó a darme codazos en cada oportunidad, debo confesar que la imbécil tenía un buen derechazo, pero no tan fuerte como para derrumbar mi sed de violencia y venganza, nadie mas que yo puede golpear a Miss Jinx y dejarla con dos chichones verdes que se asomaban de su casco como si fueran los cuernos de Scary Spice en ‘SpiceWorld’.
Me abalancé sobre ella, mi pequeña figurita me permitió un movimiento bajo…¡Toma esto estúpida! ¡Le mordí un tobillo! Rodó por el suelo, sólo bastaban dos caídas más y listo!!!!!
Mi lindo rostro sin una gota de sudor apareció adornando los marcadores, ¡1-0 favor las Perras! Mi abuelita platicaba con una mujer regordeta del otro equipo. Yo pensé ‘Genial!!! Está distrayendo al enemigo’. Cuando me di cuenta que en realidad le pedía un trago de la anforita que traía escondida en el sostén, accioné el interruptor en mi cinturón, cada vez que mi abuelita se saliera del plan, su casco soltaría una descarga eléctrica. Omigod!! Cómo lo gozo, sus ojos saltones se salen más de orbita y su poco pelo se pone punk, jijiji.
Todavía en la segunda vuelta dejé que la Patinadora me golpeara un poco, no me gusta salir tan limpia de ningún trabajo, siento como si no hubiera hecho nada, pero eso si, cuidando que nunca fuera en la cara. Y nada tonta se fue donde estaba la debilidad de mi equipo pues le aventó una croqueta a Miss Jinx fuera de la pista y nos amonestaron, mientras Molly reía mareada. Estaba muy enojada, pero ya no le quise pegar a Miss J, otro chichón y parecería E.T., así que la dejé que durmiera en la banca. Pero la tercera sería vencida.
Después de ir a toda velocidad sobre la pista y esquivar a dos mujerzuelas que alegremente se desgreñaban, fui tras Betty, jajajajaja! Cuatro patines pueden más que dos. Yo la insultaba:
-"Oyeme desgraciada, tu crees que porque salió de una comarca asturiana vas a abusar de su nobleza???? ¡¡¡Se te acabó tu fiesta maldita zorra cazafortunas!!!"
Le jale las horribles extensiones y ¡¡¡ oh sorpresa, era peluca!!! La infeliz estaba pasando por una mala racha económicay era mesera de Vips de día, traía le pelo cortito, oxigenado y con permanente (that explains many, many things). ¡¡¡Cómo disfruto los twists!!!
Furiosa se abalanzó sobre mí, se olvidó por completo que estaba dentro de una competencia. Intentó arrojarme contra las gradas, pero tropezó y cayó por los suelos, me le fui encima, la mordí, rasguñe y golpee todo lo que pude, mis katas y judo chops son lo máximo le rompí toditos los huesos pero alcanzó a reaccionar dándome un fuerte empujón y fui a dar contra los jueces. ¡Noquee a la Zabaleta sin querer jiji! ¡Soy tu fan querida, don’t take it personal!
Con mi dogsuit estropeado (ni loca usaría un catsuit, eso se lo dejo a The Dulls), mi maquillaje corrido, los ojos inyectados de furia y espuma en el hocico fui por el K.O. Corrí con todas mis fuerzas hacia mi abuelita Molly que estaba tirada ebria en la pista, salté sobre su estómago para usarlo de trampolín al provocarle un eructo. Volé por los aires y directo a mi objetivo: la medio muerta Patinadora dejándola literalmente sin poderse mover del golpazo que le metí con mi patita en su estropeado rostro. La maldita no se dejaba de mover, todavía tenía fuerzas, pues aún rendida sobre el piso intentó golpearme, pero Miss Jinx estornudó y la distrajo, momento que aproveché para darle el golpe final con mi casco. Sus ojitos de canica se pusieron en blanco, saco la lengua a lo Molly y quedó inconsciente. Cansada, sangrada y medio cucha posé para las cámaras sosteniendo a mi ebria abuela con una de mis patitas, en la otra Miss Jinx (dormida, naturalmente) y otra sobre la cara de la Patinadora. Un trabajo más completado con éxito, como siempre.
Ya bañada y acicalada en el podium recibí unas rosas por parte de la Chica LV quien dejó una tarjeta con el número de una caja de seguridad y un teléfono. La última vez que cenamos en Ivoire me dijo que tenía otro trabajo para mi. Dijo que se trataba de un asunto tan peliagudo que cuestionaría mi ética profesional. Suena perfecto, otro trabajo perfecto para Bruna Burboise.
1 Comments:
Acabo de descubrirlo y me intriga su mundo de bites...le se adora desde ozkarland.
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